Así sobrevivimos al terremoto de esta tarde en la CDMX
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Así sobrevivimos al terremoto de esta tarde en la CDMX

Hasta el momento se ha confirmado el deceso de 55 personas en Morelos, 32 en Puebla, 10 en Edomex y tres en Guerrero. Casi 150 en todo el país.

"¡Guarden silencio!", grita un paramédico sobre una montaña de concreto y fierros retorcidos porque quiere escuchar si alguien está atrapado debajo de los escombros.

En la esquina de la calle Laredo y Avenida Ámsterdam, en la Condesa, un centenar de personas observamos en medio de una nube de polvo los restos de un edificio. Otra centena arranca con las manos rocas de cemento, papeles y maderas trozadas. Se escuchan sollozos y sirenas de ambulancias.

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El paramédico sigue pidiendo silencio. Han logrado levantar completa una barda del lugar del siniestro y esperan encontrar vida debajo de ella. Todos se callan. "¿Hay alguien ahí abajo? ¡Necesitamos que nos griten!", grita uno de los rescatistas. Sólo se escuchan patrullas alrededor.

El epicentro fue 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, en el estado de Morelos. A las 13:14 el estremecimiento nos trepidó en la Ciudad de México. Bastaron alrededor de 40 segundos y 7.1 grados para que este 19 de septiembre —exactamente a 32 años del terremoto que devastó la ciudad en 1985— se elevara a Estado de Emergencia de manera oficial y se pusiera en marcha el plan de desastres DN-III.

Muchas calles huelen a gas. Piden desalojar cada edificio. Unos corren sin rumbo, en shock; cientos y cientos caminan por la Avenida de los Insurgentes y obstaculizan el paso de servicios de emergencia. Las líneas telefónicas están caídas, el WhatsApp es intermitente, apenas para escribir un "Estoy bien" a quienes preguntan.

En la vecina colonia Roma fue igual. Una tienda de colchones se derrumbó en la calle de Medellín con San Luis Potosí. La torreta (de unicel y apenas rebozada con cemento, por lo que pude ver en los escombros) de un colegio, se vino abajo en Orizaba y Chihuahua. Un edificio de cuatro pisos colapsó en plena avenida Álvaro Obregón 286, casi con Oaxaca. Uno más en Morelia y Tabasco. Y otro en Valladolid y Puebla. A una peluquería se le cayó la fachada al lado de la sede estatal del PRD, en Jalapa con Colima.

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Llega la tarde y seguimos sin luz. Algunos hacen compras de pánico. Muchos han vuelto a sus casas para traer picos, palas, cubetas para cargar escombros, galones de agua, y bolsas llenas con frituras y sándwiches empaquetados, o cajas con medicamentos.

Todos ayudan. Alrededor de los edificios caídos la gente hace caso omiso a las recomendaciones de no acercarse demasiado; de apagar los teléfonos por alguna posible explosión por fuga de gas; de irse lejos a resguardarse de alguna réplica: todos quieren ayudar en algo.

Conforme oscurece, la energía eléctrica llega a algunas cuadras de la zona. Grupos de personas se juntan alrededor de radios para escuchar las noticias. El saldo en la CDMX —hasta las 23:00 del 19 de septiembre de 2017—, es de al menos 49 muertos, 30 edificios con daños graves y un número indeterminado de personas atrapadas.

Las redes sociales ayudan, pero hay información confusa. Hasta el momento se ha confirmado el deceso de 55 personas en Morelos, 32 en Puebla, 10 en Edomex y tres en Guerrero. Casi 150 en todo el país.