Los Rolling Stones ya estuvieron en Colombia

Los Rolling Stones es, sin duda, la banda más perdurable del rock, título que se ganaron gracias a casi 54 años de carrera, dato que, junto a un cancionero poderosísimo, la ha llevado a ser una de las más populares e influyentes de la historia. Pero eso no es lo único que ha forjado su lista de leyendas. Alrededor de sus miembros se han creado una serie de mitos e historias fantásticas y absurdas. Los cuentos de los Stones van desde que Keith Richards esnifó las cenizas de su padre o que constantemente se somete a transfusiones de sangre para mantenerse con vida a pesar de sus excesos, hasta que Mick Jagger visitó una tribu en el Amazonas para someterse a un tratamiento de alargamiento del pipí. Mejor dicho, de estos cuchos se ha dicho de todo. Gran parte de estos cuentos han sido alimentados por décadas de parrandas épicas, cuyas memorias son droga para sus yonquis más asiduos.

Desde Colombia, también hemos alimentado la mitología Stone. Parte de esta consiste en algunos cuentos que afirman que la banda, en el pasado, ya estuvo dando vueltas por este territorio. Más de uno dice haber visto, por unos segundos, a uno de estos personajes andando por ahí en la calles de Bogotá, en las playas de Cartagena o en algún potrero lleno de hongos. Incluso hay quienes los vieron junto a los mafiosos más infames de nuestra historia.

Y bueno, ya que el 10 de marzo los septagenarios se presentarán por primera vez en Colombia, decidimos desempolvar algunos de estos mitos y someterlos a juicio para saber si, en efecto, los Rolling de carne y hueso ya nos visitaron, o si más bien fueron espejismos.

Entre diciembre de 1968 y enero de 1969, Mick Jagger, su novia Anita Pallenberg (la ex Brian Jones) y Keith Richards estuvieron en Brasil y Perú. Según los registros de los medios de esos países, el trio llegó a Río De Janeiro el 29 de diciembre del 69. Allá intentaron pasar desapercibidos, pero no lo lograron. Entonces cogieron para Perú y llegaron a Lima el 15 de enero del 69. Allá viajaron por los Andes y la selva hasta inicios de febrero. En algún punto de ese viaje hicieron una escala en El Aeropuerto El Dorado. Sandro Romero Rey, periodista, cineasta, escritor, dramaturgo y considerado el mayor fanático de Los Rolling Stones de Colombia, ha escrito varios libros dedicados a la banda y a la pasión que siente por ellos y ha usado estos mitos para la alimentar sus narraciones de ficción. Respecto al fugaz paso de Jagger y Richards por El Dorado, Romero Rey afirma que: “leí la noticia de la escala que hicieron en Bogotá en un periódico local, pero no daban mayores detalles al respecto”. Basándonos en el testimonio de un fanático apasionado que ha investigado a la banda durante varios años, podemos decir que el mito parece ser verdad.

Cerca de la Iglesia de Lourdes, en la 60 con séptima, hay un parque en el que antaño se reunían todos los hippies de la ciudad para tocar música y fumar mariguana (costumbre que al parecer no se ha perdido). El mito dice que Los Stones estuvieron parchando por ahí, pero es mentira. Probablemente, alguna persona que comió demasiado cacao sabanero, en medio de su traba, vio a Charlie Watts tocando los bongos. O a lo mejor había por ahí un flaco con el mismo peinado de Jagger cantando algún tema de la banda y algún borracho pensó que era el verdadero. O unos turistas ingleses vinieron al país y le metieron los dedos en la boca a más de un hippie. Todo puede ser. Lo cierto es que no hay ningún registró que pruebe que esto sea verdad, aunque es lindo pensar que los rockeros más importantes de la historia anduvieron de farra por Chapinero.

Es fácil notar de dónde sale ese mito, ¿o no? A lo mejor alguien que se fue a cosechar hongos llevó un radio, sonó una canción de Los Stones y los vio salir de los parlantes o algo así. Puede pasar. Lo que sí es verdad es que la banda visitó Latinoamérica para probar plantas alucinógenas y que jalaron mucha coca colombiana, pero no en territorio nacional. También es verdad que Jagger ha viajado varias veces a Perú, sobretodo a la selva, y sus visitas se cuentan en un libro llamado “Los Rolling Stones en Perú” de Sergio Galarza y Cucho Peñaloza.

Este dato es verdad. Lehder era parte del Cartel de Medellín y a diferencia de sus colegas, que amaban la música popular, era un rockero consumado. Incluso mandó a construir una estatua horrible de John Lennon en la Posada Alemana, su hacienda privada, y gran parte del dinero que ganó traficando coca se lo gastó viviendo como estrella de rock. En un desmadre en París, el loco Carlos conoció a Ron Wood y a Ringo Starr. Lehder los invitó al Cayo Norman, su isla privada ubicada en Las Bahamas, y allá estuvieron ambos músicos tocando música y jalando perico durante casi un mes. Wood cuenta esta historia en su autobiografía, donde dice que el narco los llevó a “una rumba forzada”. El guitarrista cuenta que Lehder les tenía un estudio para que ellos tocaran solo para él y cuando no estaban dándole a los instrumentes se la pasaban jala que jala. Al final los socios del narco le pidieron más camello y menos rumba y no tuvo otra opción de “liberarlos”.

Este mito probablemente nació gracias a los días que Wood y Ringo Starr estuvieron con Lehder. Se dice que el narco quería traer a la banda a Colombia y es probable que se lo haya sugerido a Pablo Escobar. Eso nunca sucedió. En 2012, el artista argentino Luciano Denver, inspirado por este mito, pintó una serie de cuadros en los que mostraba cómo hubiera sido una visita de Los Stones a la finca del capo, pero eso es todo.

Claro que sí. En 2000 el viejo Jagger estuvo de vacaciones en Cartagena. Al principió intento pasar desapercibido, pero en una ciudad llena de turistas es difícil que nadie lo reconociera. Tristemente, Jagger no estuvo comiendo hongos, ni chirretiando por las calles. Estuvo acompañado de Enrique Santos Calderón y fue a comer en la casa de un empresario llamado Andrés Echavarría. Qué elegancia.

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