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Así es ser joven en

“Vivir aquí es salvaje”: Así es ser joven en Tampico

Aquí conviven el buen humor costero con la carrilla norteña para que cada fin de semana se formen en la playa decenas de camionetas con las puertas abiertas y corridos sonando a todo volumen.
Fotos cortesía de los entrevistados.

Artículo publicado por VICE México.

Mi padre y mis abuelos son de Tampico, al igual que la mayoría de mis tíos. Desde pequeño fui un visitante frecuente de esta región playera; cada puente vacacional, cada verano, invierno, Semana Santa o un fin de semana esporádico, mis padres me subían al coche para un viaje de siete horas desde la CDMX para visitar a la abuela. He estado en Tampico más veces que en cualquier otra ciudad del mundo, sin contar donde vivo. Conozco la playa y a sus mapaches, el hospital abandonado, el rol, a los cocodrilos, las leyendas de extraterrestres, he comido de las originales tortas de la barda y la gorditas de la corona, he visto perder a la Jaiba Brava en penales y he curado mis crudas con un Tampico-Madero de Cheetos, la cantina tradicional de la ciudad.

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Aún así, no me tocó crecer en Tampico. Aunque mi visita más larga duró ocho meses, no sé como es pasar la juventud en una ciudad con playa, en donde la inseguridad ha crecido de una manera casi irreal en la última década, pero donde también conviven el buen humor costero con la carrilla norteña para que cada fin de semana se formen en la playa decenas de camionetas con las puertas abiertas y corridos sonando a todo volumen.

Para conocer un poco más de esta vida, le pedí a algunos amigos que me contaran cómo es ser joven en Tampico.

Jorge Alberto, 24 años

Estudié Ingeniería Agrónoma. Trabajo como supervisor de agricultura en una empresa que se dedica a la producción de grano, particularmente soja y sorgo. Mi especialidad es zootecnia, no la fitotecnia, pero estoy aprendiendo del negocio. A las seis de la mañana ya tengo que estar recogiendo a los trabajadores para llevarlos a sus diferentes áreas, en una camioneta de la empresa. Llevo a los operadores a sus tractores y a los macheteros a los campos. Después, debo repartir diesel a los tractores, empezando por los que gastaron más el día anterior. Una vez que ya hice eso, me encargo de recorrer los 25 ranchos en los que sembramos para asegurarme que todo esté en orden y que se resuelvan todos los imprevistos.

Mi trabajo está a una hora y media de mi casa, por eso rento un departamento que está a 15 minutos de ahí. En las tardes es ahí donde llego a descansar. Si no estoy muy cansado voy al gimnasio, pero a veces solo llego a tocar la guitarra, fumar un toque o leer unos librillos que tengo de producción. Aunque sobre todo toco la guitarra.

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Los fines de semana lo que más me gusta es ir al rancho. Es fácil organizarte con tus compas para ir allá y pasarla chingón. Decirle a unas amigas y jalarse a cotorrear en un ambiente más tranquilo. Cuando no puedo voy a los antros de acá. No tengo ninguno en particular, solo voy un rato a uno o a otro a ver qué hay.

En el negocio familiar estamos especializados en animales, pero a mí me gustaría ampliar eso y poder tener tanto animales como también cosas de agricultura, aumentar el espectro. Estoy aprendiendo mucho de fitotecnia en la empresa que trabajo. Son cosas de las que les voy a poder sacar provecho en el futuro. Pero mi sueño es tener una productora de leche, que sea propia, no de una empresa para la que trabaje.

Valeria, 31 años

Soy diseñadora industrial. Viví en Tampico 17 años. De ahí me fui a vivir a Monterrey a empezar la carrera, y después de dos años y medio de vivir en Monterrey me vine a vivir a la Ciudad de México.

Vivía con mi mamá y mi hermano. Iba a la escuela todo el día. Por las tardes tenía actividades en la escuela: futbol, porras y jazz. Si no tenía ninguna actividad me iba a patinar con mis amigas y amigos por todo Tampico. Era algo que hacíamos mucho cuando estábamos en secundaria y nos hacia muy feliz a todos. Era padre no tener que preocuparte porque te pasara algo. Ir a la playa es algo que también hacíamos mucho.

Los fines de semana íbamos al deportivo o campestre. Pasábamos todo el día en el club, en la alberca, o íbamos a la playa. En la noche me gustaba salir de antro o ir al bar de algún club, todo lo que estuviera de moda en ese momento y a donde todo mundo fuera.

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Lo mejor es el clima y la tranquilidad con la que podías vivir, sin importar horarios, distancia, etcétera. Todo estaba cerca y todos conocen a todos. Lo peor era que todos los fines de semana hacíamos lo mismo. Se empieza a volver un poco monótono y aburrido cuando tienes 15 o 16 años. No me gustaría regresar a vivir allá, pero sí me gusta ir unos días de vacaciones. Es algo que se disfruta mucho y se extraña, la tranquilidad de la ciudad, la playa, el clima, la gente.

Grecia Quetzalli, 19 años

Soy estudiante de tercer año de medicina. Cuando voy a la escuela entro a las siete de la mañana, así que me levanto como a las cinco, me baño y me alisto. Me tengo que ir antes porque vivo lejos. Usualmente voy a la escuela y salgo tarde en la tarde o en la noche. Si tenemos examen o alguna entrega me quedo en la biblioteca estudiando con mis otros compañeros. Hacemos grupos de estudio y nos quedamos a repasar. Entre semana no salgo tanto; como al día siguiente tengo que entrar temprano, casi siempre me regreso y hago tareas, estudio o lo que sea.

También me gusta ver series. Además toco la guitarra y el chelo, pero más la guitarra. A veces me pongo a tocar para liberar el estrés. Antes estaba en el grupo de la iglesia e iba los viernes y los sábados a tocar. Los viernes saliendo de la escuela me iba de ahí a la iglesia y salía como a las ocho y media. Me gustaría volver a ir, porque tienen un grupo juvenil y mucha gente de mi edad va. A veces los miércoles también pero la neta mucha gente joven se junta los miércoles en la iglesia porque son oraciones pero dirigidas por jóvenes. Se pone muy padre pero se acaban a las 10 o 11 de la noche, por eso yo no voy.

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Los fines de semana me gusta ir al cine. No voy cada fin, pero sí cada vez que puedo. Cada vez que hay un estreno de una película buena voy. También me gusta ir al centro comercial a perder el tiempo y dar una vuelta nada más, a desaburrirme un rato.

Marco, 19 años

Soy rapero; escribo y me encanta. También voy a la escuela, fumo con mis amigos y escucho música.

Estoy trabajando en un despacho de abogados. Soy godín. Hago tablas de Excel con los nombres de clientes y ese tipo de cosas. Por las tardes voy al gimnasio o salgo a fumar con algún amigo. Siempre estoy en el trabajo o en el gimnasio o escribiendo algo nuevo en mi casa. Me gusta salir con mis amigos a chillear, a chupar, a fumar y pasarla bien.

A mis amigos y a mí nos gusta reunirnos en casa de alguno de nosotros. Me gusta más ese ambiente, sobre todo porque hay inseguridad. No en los bares, sino en general. Siempre hay gente malacopa, gente que siempre quiere armar un pedo.

Me gusta estar en mi casa y escribir en mi cuarto. Primero escucho lo que me gusta para que me dé un poco de inspiración. Escucho Biggie, Tupac, Snoop Dogg y ese tipo de rap. Ya después pongo la base que estoy usando o algún proyecto que tenga pendiente y me pongo a escuchar el beat y a escribir. En el futuro me gustaría tener un proyecto más serio con mayor calidad de audio, algunos visuales, seguir escribiendo y sacar nuevo material.

Hablo de la vida cotidiana en Tampico. Porque me gusta escribir lo que vivo cada día. Quiero que la gente se dé cuenta de cómo es Tampico y cómo es el ambiente en Tampico. Hablo de que ando fumando con amigos, de vivencias personales, de cómo está mal que tengan al ejército y a los federales en la calle.

Tampico está chido, pero vivir aquí es salvaje. Hay muchos lugares donde puedes ir a pasártela bien, pero siempre hay que tener cuidado. Para salir en la noche te rifas. Hay buena vibra en la gente, pero sí es una mamada la inseguridad. Me gusta la playa, te puedes pasar un buen rato ahí.

@fixzion