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Cultură

Un diseñador israelí convierte bolas gigantes de masa en arte comestible

En la semana del diseño en Jerusalén, Omer Polak y su compañero Michal Evyatar crearon una suerte de híbrido entre panadería y ensamblaje con su proyecto Blow Dough. El resultado fue un pan crujiente tipo pita, escultural y comestible, que contenía el...

Para el diseñador Omer Polak, quien reside en Jerusalén, la cocina y la producción no son tan diferentes. En diciembre, en la semana del diseño en Jerusalén, Polak y su compañero Michal Evyatar crearon una suerte de híbrido entre panadería y ensamblaje con su proyecto Blow Dough, utilizando pistolas industriales de calor que alcanzaban temperaturas sobre los mil grados Fahrenheit (538° C), para inflar y cocinar bolas vacías de masa de harina. El resultado fue un pan crujiente tipo pita, escultural y comestible, que contenía el espíritu del diseño: forma y funcionalidad en completa armonía.

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Inspirados por la comida callejera de la región, Polak y Evyatar colaboraron con el chef israelí Erez Komorovsky, y tomaron una masa como materia prima. “Queríamos crear un proyecto con una fuerte relación cultural”, dice Polak. “Uno de los ingredientes más comunes y populares en Jerusalén y todo el Medio Oriente es el pan: pita, roquillas, panecillos y mucho más. Decidimos utilizar los materiales básicos que son agua y harina, y combinarlos con el proceso de producción de los diseñadores”.

Uno de los aspectos más relevantes de Blow Dough es utilizar la cocina como metáfora del diseño industrial, y una demostración para los participantes del escenario de producción. Las pistolas de calor se ajustan a la parte inferior de las mesas con improvisadas estufas en la superficie. “Si piensas en ello, es como un pequeño taller en el que todos los procesos suceden en el mismo lugar, desde el material crudo hasta el producto final”, explica Polak.

Pero el pan sigue siendo el proyecto final. “La mayoría de las veces, el pan pita es utilizado como un contenedor de comida, como falafel, carne, ensaladas”, apunta. “Esta vez queríamos dar el enfoque sobre el balón-pita en sí mismo”.

Para darle más carácter al pan, Polak, Evyatar y Komorovsky reemplazaron el agua de la masa por jugos de remolacha, zanahoria y espinaca. “Al adicionarle jugos vegetales y olores, ofrecemos una nueva perspectiva, nuevos sabores y nuevas experiencias al comer este plato básico y tradicional.”

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Polak ha trabajado en varias ocasiones con comida como medio de diseño. “Observo a nuestra sociedad y sus hábitos a través de la relación con la comida,” dice. “Mis proyectos recientes se enfocan en nuestra experiencia personal del mundo. Utilizo enfoques multidisciplinares y colaborativos para crear nuevas experiencias que puedan cambiar algo en las vidas de los espectadores/participantes. El proyecto Blow Dough tiene mucho en común con mi proyecto S Sense, en el que combino diseño y neurociencia sobre el sentido del olfato y sus usos”.

La masa tomó tiempo en estar lista. “Fue un gran reto crear una masa lo suficientemente flexible y fina,” dice Polak. “Gracias a los jugos vegetales, la masa logró un sabor delicado. También absorbió olores de especias locales que le adicionamos antes de inflarla”.

Mientras los participantes mordían los balones de masa, eran invadidos por los aromas capturados adentro, así como por los aderezos del exterior. “Para enriquecer los sabores, al final del proceso de cocción le rallamos limón y le agregamos aceite de oliva en la corteza”, dice Polak. “Es algo muy tradicional”.