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Género

Hablemos sobre el aborto

El aborto es todavía uno de los temas más polémicos y urgentes en Argentina. Buscamos opiniones de jóvenes y nos dijeron qué piensan al respecto.
Ilustración por Brenda Greco

Artículo publicado en VICE Argentina

El reclamo por la despenalización y legalización del aborto sigue dando de qué hablar. Actualmente, el aborto es legal y no punible sólo cuando corre riesgo la vida o salud de la mujer, o cuando el embarazo es producto de una violación. Sin embargo existen muchas cuestiones más allá de estos permisos —difíciles de solicitar— que están en el código penal desde 1921. Se trata de cuestiones que viven muchas mujeres a la hora de enfrentarse a un embarazo que no quieren continuar. Motivos hay infinidad. Que no sea el momento, que no sea el proyecto, que no sea la persona con la quiera formar una familia. ¿Qué pasa con esos casos?

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Lo cierto es que nos enfrentamos a una realidad en la que el aborto está criminalizado, está prohibido, es un delito. Las complicaciones por un aborto inseguro son la primera causa de muerte materna en 17 de las 24 provincias de Argentina. En todo el país se practican entre 370 mil y 522 mil abortos clandestinos por año, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Los debates discurren en terrenos de lo biológico, lo ético, lo moral y hasta lo religioso.


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Como extracto de una conversación recurrente en Argentina, hablamos con cuatro mujeres y hombres sobre el aborto:

Fernando, 29 años, médico

Mi opinión cambió mucho durante los últimos años. Yo separo lo ético, lo moral y lo religioso. Lo tomo como un tema de salud pública. Vi como chicas jóvenes quedaban embarazas, no lo querían tener e intentaban tener abortos de maneras malas.

En algún caso, la chica puede tener suerte y ser atendida por un médico para hacérselo, pero eso tampoco es el paraíso, creo que nunca va a hacerse en las condiciones que tienen que hacerse realmente, básicamente porque no es legal.

Puede ser que la chica intente abortar sola, donde no tiene lo necesario o no está del todo informada de cómo hacerlo. Puede ser que la chica acceda a una clínica dónde el médico tampoco tenga todo lo necesario, donde no tiene el quirófano adecuado. Entonces veo como muchas mujeres terminan acá, en el hospital público, en el último eslabón. Eso lo viví cuando roté unos meses por ginecología.

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Me acuerdo de un caso de una adolescente, hija de una enfermera, ella había intentado abortar con algunas cosas que la madre le había dado. Eso no funcionó, se asustaron las dos, entonces decidieron no consultar, a la semana siguiente la chica se desmaya y llega inconsciente al hospital, tenía una infección. Sabíamos que había intentado abortar aunque ella no lo quería decir.

Al ver esa situación me vi obligado a estar a favor, a pedir que sea legal para que todas las mujeres, sin importar la situación en la que estén, tengan herramientas. Hay mujeres que pueden morir y se que hay mujeres que están muriendo. En medicina todo está hecho por protocolos de tratamiento, todo está basado en otras experiencias previas. La guía, las medidas, los instrumentos son fundamentales.


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Camila, 26 años, cineasta

Soy estéril porque tuve cáncer cuando era chica, los tratamientos fueron tan fuertes e invasivos que perjudicaron mi sistema reproductivo. ¿Tengo envidia por que hay mujeres que pueden tener hijos? no, ¿me molesta que las mujeres que pueden tener hijos se lo quieran quitar? tampoco.

Es importante darle libertad a las personas, darles el poder de decidir sobre su propio cuerpo. A mi no me gustaría tener que cambiar el rumbo de mi vida por un accidente, inclusive si tomé las precauciones necesarias para no quedar embarazada, eso también puede pasar. Creo que la educación es fundamental, enseñarle a los más chicos a cuidarse a que no haya accidentes. Hay que sacarse el tabú de la cabeza, hay que hablarlo, hay que hacerlo público. No creo que por legalizar el aborto la gente vaya a abortar más, esto se trata de una seguridad a la vida de muchas mujeres.

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Fidel, 27 años, diseñador industrial

Tengo amigas que han abortado. Mi postura siempre fue la misma, cada vez que una amiga me cuenta que está embarazada y tiene miedo yo le digo que la acompaño en la decisión que quiera tomar. No coincido en que si estas a favor de la vida estés en contra del aborto, porque justamente hay mujeres que mueren cuando lo practican en condiciones que no son buenas. El aborto tiene que ser legal, tiene que haber una estructura donde se determine una pauta clara, tiene que haber condiciones de tiempos, lugares, cosas que se tengan que usar.

Creo que como hombre tengo que pararme desde otro lugar, yo nunca voy a quedar embarazado, tengo un sistema reproductivo que no me permite vivir lo que sufre una mujer, entonces desde esa base, es aún más polémico que mi posición sea determinar lo que se puede y no se puede hacer con un cuerpo que no es el mío.


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Natali, 35, administrativa

Hace diez años me quedé embarazada de quien era mi pareja en ese momento, sin buscarlo. No se si el forro se pinchó o yo me olvidé de tomar alguna pastilla, pero eso es irrelevante, lo que es importante es que no quería ser madre en ese momento. De hecho hoy, después de diez años de lo que pasó, y en una relación estable con otra persona a quien amo, todavía tengo miedos y dudas con el hecho de querer ser madre.

En ese momento era un no rotundo, no quería ser madre tan joven y no estaba enamorada. Sin embargo esa semana sufrí anti bajos emocionales fuertes. Una noche, en una cena familiar, el padre de mi ex pareja decidió que yo tenia que abortar. En ese momento sentí mucha bronca, más allá del hecho de que yo no quería seguir con el embarazo, me molestó que una persona ajena a mi esté decidiendo sobre mi cuerpo. En ese momento no sabía ni cómo, ni cuándo, ni dónde, pero su palabra era algo determinante. Decidí que me lo iba a hacer pero de manera responsable, mi familia me apoyó, conseguimos un médico a través de conocidos, lo hicimos en una clínica clandestina, el médico me despejó todas mis dudas, me dio una cita y me lo hice a los pocos días con anestesista y con una enfermera. Salí de ahí con mucho dolor. Después de un tiempo me puse a pensar en la suerte que tuve. Yo no corrí ningún riesgo, no cayó ninguna inspección, ni hubo allanamiento. Me puse a pensar en todas las chicas que no tienen el apoyo, en todas las familias que no tienen el dinero. Hace diez años me costó 5 mil pesos para esa intervención quirúrgica.

Luego de asimilarlo puedo discutirlo, puedo hablarlo, es un proceso que tengo que vivir cuando alguien me argumenta lo contrario. En esos casos, lo que me pregunto es lo siguiente: ¿cómo le explicas a una chica que debe criar a un hijo que no quiere tener? porque es fácil decir que lo tenga, que no aborte, ¿pero después que pasa? ¿quién ayuda a esa chica sin recursos a seguir con el cuidado de un bebé?. Yo si elegí, yo no me veía capacitada para criar a nadie, tuve esa posibilidad de darle un freno.