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"Recuerdo cómo la luz se reflejaba en su rostro y parecía que estaba dormida pero sus ojos estaban abiertos y sin vida", continuó. "Podía perderme en ellos. Quería pasar mis dedos por su cabello, tomar sus manos y dejar de mi piel se fundiera con la suya para sentir su cuerpo para siempre. Pero todo fue muy rápido".Cada que Hayden recordaba la experiencia, sentí rabia o culpa. Y cuando trababa de hablar sobre lo que sentía con alguien más, la gente era muy poco comprensiva.Las prohibiciones contra la necrofilia han existido desde que los humanos trataron de codificar el comportamiento social correcto, o mínimo se han creado fuertes tabús en contra de la práctica. Sin embargo, a pesar de ser tabú, la necrofilia ha desempeñado un papel muy importante en la imaginación de la sociedad. Tomemos como ejemplo el caso de Aquiles, quien supuestamente cometió un acto de necrofilia con la reina amazona Pentesilea después de matarla. O Herodes el grande, quien supuestamente preservó el cadáver de su segunda esposa (aunque tenía diez) en miel y tuvo sexo con ella hasta siete años después de su muerte. Algunos intelectuales creen que Carlomagno cometía actos de necrofilia con frecuencia. Y si quieren ejemplos más modernos, La bella durmiente también tiene alusiones muy fuertes de necrofilia.
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Tal vez la prevalencia de estas tendencias necrófilas —ya sea en fantasías o en la realidad— sea lo que justifica la creación de leyes explicitas en contra de la necrofilia. Quizá la necrofilia sea más común de lo que nos gusta reconocer. Después de todo, la muerte y el sexo siempre han estado relacionados, hasta el idioma (en francés, la petite mort o "la muerte pequeña" es sinónimo de un orgasmo sexual ).
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Lo más soso del espectro es la Clasificación I, donde están incluidos los que gustan de los juegos de rol, los "necrófilos románticos" y los que sus perversiones que generalmente asociamos con la necrofilia no implican ninguna violación de la ley. A estas personas les prende que su pareja viva finja estar muerta, participar en juegos de rol que tengan que ver con revivir a su pareja con sexo o fingir que son vampiros. La Clasificación II incluye a los necrófilos románticos que no pueden aceptar la pérdida de su amado, como la viuda que durmió junto al cadáver de su esposo en descomposición por casi un año.La Clasificación III incluye a aquellos que se excitan por sus fantasías con los muertos y que algunas de sus actividades van desde asistir a funerales o cementerios hasta tener sexo en presencia de un ataúd o tener sensaciones eróticas después de ver imágenes de cadáveres.
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Según lo que ha escrito Aggrawal sobre el tema, no solo es posible sino que es muy común que los necrófilos avancen de clasificación con el tiempo. En su libro cita varios casos de personas que han tenido fantasías necrofilia y que han conseguido empleos para estar en contacto constante con cadáveres para poder cumplir sus fantasías.No cabe duda. Hayden dijo que algún día planea entrar a un campo que le permita estar con cadáveres constantemente. "Sé que no puedo consumar mi deseo, al menos no sin que me descubran o me encarcelen", dijo. También explicó que no le preocupa que sus fantasías se tornen en realidades nefastas. Para él, "tocar es más que suficiente"."A la mayoría no le gusta la idea de que alguien manosee su cadáver y menos que tenga sexo con él. A mí me da risa, digo, de todas formas ya no lo necesitan", dijo. "En mi opinión, la magnitud del problema no es tan grande como lo hacen ver. Los medios y los tribunales son los que crean el escándalo".Si platicas sobre un asesinato violento, todos quieren participar en la conversación; menciona la necrofilia y todos se callan.— Carla Valentine
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Sin embargo, la pregunta es si esta es una forma saludable de hacer que los necrófilos se desahoguen o si solo empeora o intensifica el deseo de interactuar sexualmente con una cadáver de verdad."La necrofilia puede avanzar de la clasificación I a cualquiera de las que siguen, así que es posible que las industrias que satisfacen las necesidades de los necrófilos estén avivando ese habito", dijo Aggrawal. "En mi opinión, la mejor forma de combatir los impulsos necrófilos es contactar a un siquiatra o a un sicoterapeuta. Existen muchas estrategias que se pueden usar para ayudarlos".Al principio, el terapeuta de Hayden le sugirió ir a un grupo de ayuda para varias parafilias pero Hayden dijo que lo único que hizo fue empeorar la ansiedad y la incomodidad que sentía por sus deseos y por eso dejó de ir. El apoyo más valioso para lidiar con sus deseos tabú, agregó, ha sido su novia."Me lee todos los poemas y las historias de necrofilia que escribo e incluso me manda canciones o textos que encuentra y que tratan sobre ese tema", señaló. "Siempre me dice que es normal, que la gente tiene muchos gustos y que da la casualidad que a mí me gustan los cadáveres".En la sección de necrofilia en Psychopathia Sexualis, Krafft-Ebing escribe que si una mente sana es capaz de demostrar tendencias necrófilas es una pregunta abierta que se necesita más investigación. A más de 150 años de su publicación, parece que la comunidad siquiátrica ya declaró esta pregunta como resuelta, y la respuesta es un "No" rotundo.Tiene sentido: la historia está repleta de episodios brutales de actos e necrofilia y pensar en fornicar con un cadáver basta para hacer que muchos sientan asco. Sin embargo, como Valentine y otros se empeñan en demostrar, es posible que haya otro lado en la historia, donde la necrofilia no es algo que causa temor ni es completamente ignorado, sino al contrario, es un tema de abre paso a debates enriquecedores y proporciona un análisis muy valioso de la naturaleza de nuestras actitudes culturales hacia el sexo, el amor, la vida y la muerte.Sigue a Daniel Oberhaus en Twitter."La gente tiene muchos gustos. Y da la casualidad que a mí me gustan los cadáveres". — Hayden