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Ya en serio, lo que demuestra esta tendencia totalmente cierta que identificó Post es que los millennials lograron descifrar el código. Por cientos o miles de años, los jóvenes han ocupado gran parte de sus vidas para "salir", algo que se traduce en emborracharse con aguamiel u otra hierba venenosa, tener sexo con desconocidos, caminar por un campo o las tres al mismo tiempo. Las generaciones pasadas siempre se burlan de los jóvenes y aseguran que en sus tiempos las hierbas eran menos venenosas y el coito al aire libre era menos descarado. La mayoría de estos chicos, claro está, se tranquilizan y se conforman con que cualquiera que sea el sistema económico que los aflige no los destruya. De vez en cuando, pasan al lado de un campo y se ríen con cariño porque saben que su fase de insensatez ya pasó y que ahora lo único que quieren hacer es reunirse con sus amigos más cercanos alrededor de una fogata y describir los episodios de su serie favorita. Las noches más locochonas son cuando uno de ellos lleva hierbas venenosas para poner ambiente.Pero los millennials —si crees lo que dijo el Post— se están saltando toda esa mierda, todas esa noches a los veintitantos donde ni siquiera disfrutas caminar por el campo pero sientes la obligación de hacerlo por miedo a que te menosprecien si no te pasas el sábado vomitando mientras escribes mensajes a tus amigos para pedirles que no te dejen mezclar drogas y después ir a almorzar. A la mierda eso de salir. Es caro, hay mucha gente, huele mal, las bandas normalmente apestan y los bares están todavía peor.¿Sabes qué es mejor? Ver tele acostado en tu cama. ¿Lo has intentado? Puedes usar ropa cómoda, pedir la comida que se te antoje por teléfono, comer con las manos y dormir cuando se te de la gana. Para la mayoría de los humanos que han vivido, la noche típica de esta generación representa un pináculo imposible de lujo. Antes, la gente se preocupaba por las sequías, el hambre y las nuevas bandas de hombres con espadas que llegaban a saquear la ciudad. No subestimes los lujos tan simples como tener una copa de vino, un techo encima y una pantalla que te muestra todo lo que puedas imaginar.Así que, quédate hoy en casa. Compra una botella de vino decente o una de esas cervezas artesanales fresas hechas con cáscaras de limón. Ve un concierto de Prince o un maratón de tu serie favorita. O a la chingada, compórtate como todo un viejito y ponte a leer un libro. Duerme cuando te sientas cansado. Despierta con energía por una vez en tu vida. Ve al parque. Te sorprendería ver todos los lugares a los que puedes ir cuando no sales de fiesta y lo agradable que puede ser la gente ahí.Sigue a Harry Cheadle enTwitter.