Se dice que se necesitan 21 días para crear un hábito. Oficialmente ya hemos traspasado los 21 días de cuarentena. Eso quiere decir que todas las cosas que nos parecían raras o absurdas al empezar ya son un hábito. Chándal casi cada día. Cultura en streaming. Ver más a Pdr Snchz que a nuestros amigos. Ahora esta es nuestra vida. Aunque pueda resultar algo distópica y desastrosa, cada día parecemos estar más cómodos en ella. Hemos logrado traspasar todas las actividades al concepto “indoor”: desde deporte a los afterwoks, pasando por las fotitos para Instagram y el ligar.
Publicidad
Exacto. Ahora no solo tenemos la capacidad de tontear desde nuestro váter, sino que es uno de los pocos espacios donde aun podemos hacerlo. Por suerte, toda app con conexión a internet puede ser una ventana para el amor y lo que no es el amor. No hemos dado esa licencia. Ligar, flirtear, tontear, coquetear, conectar, tirar ficha, la caña, que nos la tiren, pelar la pava, cortejar, guarrear, follar -bueno, lo que la situación nos permita-, o hasta pretender que empezamos una relación estable. ¡Eso es lo que queremos! ¡Contacto físico-social, joder!
Incluso esa gente que no había pillado en meses o no había salido de su casa desde año nuevo, ahora también tiene el mono. El mono de las relaciones sexo-afectivas. Y si todo el mundo va con ganas, el filtro que nos permite no hacer el ridículo y al mismo tiempo no nos deja aproximarnos a los “inaccesibles” ya no existe. Somos como Fani en La isla de las tentaciones, estamos desatados.Es verdad que no todo el mundo lo hace con la misma frecuencia o intensidad pero algún que otro DM tonto ha caído. Un poco para matar el tiempo, un poco para seguir entrenando y no perder la forma en este arte ancestral. Pero hasta los más expertos han tenido que retrabajar sus tácticas para ligar. Otra cosa más a la que adaptarnos. Y aunque es verdad que estamos en medio de una pandemia mundial, necesitamos aferrarnos a alguna cosa para seguir aparentando un cierta normalidad. La única certeza que tenemos es que queremos pillar cacho digital y hemos de encontrar la manera de hacerlo sin quedar como unos capullos o gastarnos todo el dinero del paro en el Premium de las apps.
Incluso esa gente que no había pillado en meses o no había salido de su casa desde año nuevo, ahora también tiene el mono. El mono de las relaciones sexo-afectivas. Y si todo el mundo va con ganas, el filtro que nos permite no hacer el ridículo y al mismo tiempo no nos deja aproximarnos a los “inaccesibles” ya no existe. Somos como Fani en La isla de las tentaciones, estamos desatados.Es verdad que no todo el mundo lo hace con la misma frecuencia o intensidad pero algún que otro DM tonto ha caído. Un poco para matar el tiempo, un poco para seguir entrenando y no perder la forma en este arte ancestral. Pero hasta los más expertos han tenido que retrabajar sus tácticas para ligar. Otra cosa más a la que adaptarnos. Y aunque es verdad que estamos en medio de una pandemia mundial, necesitamos aferrarnos a alguna cosa para seguir aparentando un cierta normalidad. La única certeza que tenemos es que queremos pillar cacho digital y hemos de encontrar la manera de hacerlo sin quedar como unos capullos o gastarnos todo el dinero del paro en el Premium de las apps.
Publicidad
Pesca de arrastre: Tinder, la putivuelta mundial
Stories, la barra libre de las fichas
Publicidad
Mantener la conversación a flote
¿Qué le gusta el cine clásico? El acorazado Potemkin es tu vida. ¿Qué escucha Bad Bunny? El perreo es tu profesión. ¿Me entiendes? Todo es saber traducir la información en su justa medida. Sacar temitas, ver a donde nos llevan. Ir hablando. Algunos días si, otros no. Dejarlo respirar también. Que nos sobre el tiempo no quiere decir que lo necesitemos consumir con una sola persona.No avasalles. Demasiadas indirectas en redes pueden hacernos parecer psicópatas. Tampoco bases tu personalidad en sus gustos. Asusta. Las TED talks sobre puntos en común también son red flags. No estás viendo la cara a la otra persona. Lo que tu crees que es un silencio de reflexión después de un párrafo de 10 líneas, quizás es simplemente una cara de asco cercana al block. Sé que el confinamiento nos da ganas de comunicar, pero por el amor de dios: señor, suélteme el brazo.
Publicidad
Las citas del celibato
El sexting, la última frontera
Publicidad
Luego está ese alguien con quien ves una perspectiva de futuro. Os estáis conociendo, ten un poco de tacto. Que estés como una moto no te da derecho a ser un completo insensible. Pero si los dos estáis en el mood: FESTIVAL. Es un buen momento para escribir todas las guarradas que piensas pero que a veces te parecen hasta demasiado obscenas para decirlas a la cara. Lo bueno de las barreras digitales.El mix de estas dos es tirar de agenda. El contrato no escrito de solidaridad entre viejos follamigos. Funciona. No será la experiencia de tu vida pero a situaciones desesperadas, medidas desesperadas.Aun así, en cualquier situación, recuerda: por mucho que te guste esa persona, se precavido. Las fotos están bien, pero protege tu identidad. Una vez lanzamos una foto no controlaremos donde puede acabar nuestro culo. Lo que si que podemos controlar es cuanto de nosotros enseñamos para que nos vinculen con esa imagen. Vigilad. Cuidaos ante todo.