La guía MUNCHIES para el recalentado

Ya sabemos que todo cabe entre dos panes, y que las tortas son tan nobles que aceptan cualquier relleno; por eso son las reinas del recalentado: tortas de bacalao, tortas de pavo, tortas de romeritos, tortas de pierna ahumada, tortas de arroz con leche, tortas de ponche…

Pero, sinceramente, pueden llegar a aburrir. Después de cinco días comiendo tortas —con pan duro— de pavo —ya seco de tanto recalentarse—, ya estamos hartos. La solución es muy simple: ser creativo y llevar el recalentado al siguiente nivel. Aquí algunas recomendaciones:

El burrito es amigo de todo y de todos. Como el taco, es una forma de comer lo que sea, aunque algunas cosas saben mejor que otras; por ejemplo el bacalao, que sabe muy bien contenido dentro de una tortillita de harina norteña, hecha a mano, con aceitunas, papitas, chiles güeros y hasta una embarradita de aguacate.

El principio es éste: el bacalao sabe bien con papitas (que absorben el exceso de sal), así que el truco es sacar las papas del bacalao, agregar unas pocas más, cocerlas todas juntas, hacer un puré, mezclarlo con el bacalao y hacer croquetitas empanizadas y bien fritas. ¡Quedan deliciosas!

Si no te quieres complicar tanto, haz esto: avienta unas cuantas hojas de pasta para lasaña en un refractario, coloca el bacalao, abre una botella de Ragú o salsa Pomodoro preparada —o si quieres hacerla, adelante—, ponle una capa de salsa encima al bacalao y repite todo el proceso. Esparce un poquito de queso encima y ¡listo!

¡Tan simple! Lo malo es que jamás querrás volver a comer las sosas flautas de pollo cocido, porque la grasita del pavo hace que esta versión de garnacha navideña sea incomparable. ¡No olvides cremita, quesito, aguacate y jitomate!

Un clásico de la cocina yucateca que en la Ciudad de México intentamos imitar pero no nos sale, porque la receta original lleva pavo y acá lo hacemos con pollo porque ¿cuántas veces al año horneas un pavo normalmente? ¡Nunca! Bueno, pues ésta es tu oportunidad. Sólo haz un caldo con los huesos del pavo y unas cuantas limas, después deshebra la pechuga, sírvela en un tazón, encima coloca el caldo mezclado con juliana de tortilla frita, rodajas de lima, cebollita morada y cilantro fresco. ¡Es una delicia!

¿Necesita explicación? Créenos, la tinga más sabrosa que comerás en tu vida está hecha con pavito rostizado.

Ya que pasaste toda la lata de limpiar los romeritos y los camarones, hacer albóndigas será más fácil. Sólo muele camarones, romeritos, un par de huevos y pan molido. Mezcla todo, haz las bolitas (con su huevito duro y todo) y ponlas dentro del molito caliente.

Fácil: aprovecha el mole y haz unas enchiladas rellenas de camarón (o de pavo o pierna o lo que haya sobrado) y báñalas con mole y romeritos. No te olvides del ajonjolí.

Muy fácil y muy rico. Haz una masa para pay (acá una receta), colócala sobre un molde, rellena con romeritos y cubre con la mezcla típica de quiche (200 g de crema, 3 huevos, sal, pimienta y nuez moscada) y un poco de queso manchego rallado. Nadie se va a esperar que llegues al recalentado con un quiche deli.

Lo mejor del ramen es el caldo, que puedes hacer fácilmente con el jugo que sobró de la pierna horneada, del pavo o de cualquier carne que hayas horneado. Corta la pierna en rebanadas, cuece los fideos y unos cuantos huevos duros. Pon todo en un tazón junto con algas, cebollín fresco o lo que se te ocurra.

Todo lo que sobró: picado y frito en un yakimeshi con zanahoria, calabacita y huevo revuelto. ¡Más rico que el de cualquier café de chinos!

Ok, dijimos que tortas no, pero ¡nadie le dice que no a una ahogada rellena de pierna de cerdo horneada! Truco: ponle chicharrón encima. ¡Querrás hacer esto cada Navidad!

Es una buena forma de aprovechar las sobras para hacer las botanas de la fiesta de Año Nuevo. Sólo mezcla el picadillo con queso Cheddar, Manchego, Parmesano, Mozzarella…lo que tengas, y un pico de gallo. Hornea hasta que el queso esté derretido y sírvelo con totopos.

Espaguetti, Ragú preparado del súper, el picadillo del relleno del pavo, queso parmesano… ¡en 20 minutos tienes la cena hecha y las sobras aprovechadas!

¡Feliz recalentado, amigos!

Todas las ilustraciones son de Alejandra Espino.