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Comida

Este excamello ha encontrado la alternativa europea al Soylent

Actualmente, Soylent no se comercializa fuera de los Estados Unidos. El artista holandés Joey van Koningsbruggen ha creado su versión llamada "Joylent" combinando él mismo los ingredientes que componen la bebida.

Joey van Koningsbruggen sirviéndose un vaso de Joylent

Estamos en el ecuador del 2014 y todavía no sabemos exactamente qué nos conviene más comer. La pirámide nutricional ha resultado ser una mentira y el debate sobre el gluten sigue encendido; se ensalzan las virtudes de las semillas y toma fuerza la creencia de que el cacao podría salvar el mundo. Además, puedes quedar como un absoluto idiota si tienes que preguntar a alguien qué es la espelta.

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Supongo que esta neurosis que se ha generado en torno a lo que nos llevamos a la boca está relacionada con la bebida que Rob Rhinehart inventó como sustituto de la comida: Soylent. La premisa es que ya podemos olvidarnos de los alimentos tradicionales y subsistir a base de un régimen de nutrientes en forma de batidos. Desgraciadamente, esta solución solo está disponible al otro lado del charco, ya que por el momento el Soylent no se comercializa fuera de los EUA.

Sin embargo, para aquellos europeos que estén dispuestos a cambiar la pizza, la pasta y las salchichas por tres dosis diarias de un líquido beige, debéis saber que el artista holandés Joey van Koningsbruggen se ha propuesto contribuir a ello por su cuenta. Afortunadamente, en el sitio web de Soylent se enumeran todos los ingredientes que componen la bebida, así que Joey se limitó a hacer un pedido de todos ellos y a mezclarlos todos él mismo.

Inicialmente no tenía intención de vender el producto, pero cuando empezó a informar del experimento en su blog, suscitó el interés de la gente. No fue hasta que el escritor Ronald Giphart compartió el primer vídeo de Joey que este empezó a hacer de su experimento un negocio. Cuando hablé con él me aseguró que ya había 20 personas que consumían su mezcla de nutrientes en polvo, al que ha bautizado como "Joylent".

"Estoy intentando ampliar el negocio", me dijo. "Tengo todas estas bolsas de 25 kg de maltodextrina, harina de soja, avena y mierdas de esas en mi habitación."

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Nadie apostaba nada por Rhinehart cuando empezó con Soylent -seguramente porque es ingeniero de software y no tenía ninguna experiencia en lo referente a hallar una forma de subsistencia para el ser humano. Pero todo empezó a cambiar cuando logró pasar 30 días alimentándose exclusivamente a base de Soylent y dio cuenta de ello a través de su blog. Poco después lanzó una campaña de financiación colectiva con la que logró reunir millones de dólares. Soylent había logrado ganarse la confianza de la gente.

La historia de Joey es algo distinta a la de Rob. Antes de empezar a vender su producto sustitutivo del alimento, estaba disfrutando de un breve periodo de fama tras haber publicado una canción sobre un hombre con una bolsa rosa. Anteriormente había abierto un sitio web muy popular sobre literatura erótica y había logrado abandonar definitivamente su trabajo como camello para dedicarse de lleno a su vocación de artista visual.

"Me robaron cocaína por valor de más de 2.100 €", me dijo. "Me arriesgué y volví al negocio, pero me encerraron, perdí mi casa y el apoyo de mis padres."

Después de este episodio, Joey pasó dos semanas durmiendo en la calle, pero no porque no tuviera ningún sitio adonde ir, sino porque le "gustaba el drama" de dormir al raso. Luego se buscó un piso y empezó a desarrollar su arte, principalmente retratos basados en fotografías de perfiles de Facebook. Poco tiempo después, los ingresos que obtenía con este trabajo le permitían subsistir.

Aparte del sabor a banana del Joylent, realmente no hay mucha diferencia entre este producto y el Soylent original. Cuando le pregunto si no teme que lo demanden, asegura que no. "De hecho, sería gracioso", respondió entre risas. "Nuestros productos se parecen mucho, pero la diferencia está en el aspecto divertido. Yo intento que sepa bien. Quizá incluso le añada colorante en el futuro. Todo esto lo hago por diversión."

Rob Rhinehart dijo una vez que en su visión del mundo, cada hogar tendría un grifo de Soylent junto al grifo del agua. De esa forma espera que nadie vuelva a pasar hambre nunca más. Quizá sea esta visión lo único que ambos emprendedores tengan en común.

"Me gustaría llegar a ser una gran multinacional para poder eludir impuestos y pagar unas tasas ficticias en forma de donaciones de Joylent a los países pobres", confesó Joey. "A veces sueño con eso."