Así fue crecer en
Así fue crecer en: Mexicali
Me gusta pensar que este despropósito llamado Mexicali es producto de una alucinación colectiva por el calor: los que nacimos en este agujero estamos blindados. No le tenemos miedo a la oscuridad ni al coco.
Así fue crecer en: Cuernavaca
La combinación de calor y vegetación hace que los capitalinos vengan a pasar los fines de semana. Llenan los fraccionamientos más bonitos —con casas grandes, espaciosos jardines y albercas—, y se dejan ver comprando cervezas usando traje de baño...
Así fue crecer en: Tijuana
No sé cómo se ve Tijuana de fuera. Me consta que puede ser feo, peligroso y un lugar lleno de degenerados; no apto para criar a tus hijos. Supongo que mis padres pensaban lo contrario.
Así fue crecer en: Monterrey
Crecer en Monterrey es crecer en muchos sitios ensimismados. Nada está fijo en este territorio que pelean los políticos mamones saqueándola y dejándola siempre jodida.
Así fue crecer en: Xalapa
No importa a dónde vayas, las calles siempre están empinadas en Xalapa; tanto así que los carros tienen piedrotas deteniendo las llantas, algo que me parecía muy normal hasta que salí de mi pueblo y vi que no todas las ciudades son escaleras.
Así fue crecer en: Torreón
Nací en un barrio mezquino y criminal. El Cerro de la Cruz. Un cinturón de miseria con el potencial de convertirse en una de las capitales del derramamiento de sangre en el norte. Cosa que finalmente ocurrió. Veintitantos años después.
Así fue crecer en: Morelia
En los recreos jugaba resorte y futbol. "¡Mano!" grité una vez a medio partido. "¡La que te metió el marrano!", respondió un compañero y me centró un balonazo en la cara.