Identidad

‘Efecto 2000’, la web que nos recuerda lo durísimos que fueron los años 2000

Yo empecé el año 2000 a los ocho gloriosos años. Para entonces, aún no sabía nada de lo que se me venía encima, pero ya paseaba tranquila con mis pantalones de campana, enseñaba el ombligo y lo acompañaba con un pañuelo pirata a conjunto con el pantalón. Christina Aguilera fue la gran abanderada de esta tendencia que a mi hermana mayor y a mí simplemente nos flipaba. No pudimos hacer más que entregarnos a ella, como a tantas otras. El cambio de milenio vino acompañado de un montón de mitos: decían que se acercaba el fin del mundo o que Internet —por aquel entonces lo más parecido al abismo— no iba a ser capaz de soportar el cambio. El error de milenio, o también conocido como ‘efecto 2000’, fue la expresión que se utilizó para denominar el error de bug causado por los programadores que habían asumido que el software solo funcionaría durante los años que empezaran por 19. Pero se equivocaron. Llegó el 2000, y al final no pasó nada, y solo nos dejó millones de perfiles de MySpace repletos de momentos vergonzosos, chicas enseñando el tanga en paradas de autobús, nicks lamentables en el chat de Terra y Fotologs deliberadamente profundos con lyrics de Avril Lavigne. Todo era complicated, pero al menos éramos más jóvenes y probablemente más felices.

Sin embargo, si algo es Efecto 2000, ahora, después de tantos años, es el proyecto personal de la escritora María Yuste. En esta página web, todo —desde el puntero con brillantina hasta el fondo galáctico—, remite al pasado. Este proyecto recopila textos escritos por nuevas voces de la literatura hispana y ahora también es un proyecto editorial en papel. El primer número, Diario ultra secreto de Honey, ha sido curado por María y escrito por Elisa Victoria. También viene acompañado de 27 pegatinas a todo color.

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Hablamos con María Yuste para que nos explique de dónde viene su fascinación por los años 2000 (y antes de hablar con ella ya la hemos visto pre-2000 vestida de comunión bailando al ritmo de las Spice Girls).

Broadly: ¡Hola, María! Cuéntanos cómo nace Efecto 2000. ¿En tu habitación?

María: Todo empezó por la frustración que sentía cada vez que intentaba hacerle ver a alguien que los años 2000 fueron igual o más horteras y raros que los ochenta. Nadie me creía y eso que ellos también lo habían vivido. Luego empezó a rular por Tumblr esa foto de Britney y Justin vestidos con tela vaquera en la alfombra roja de los VMA 2001 y me di cuenta de que no estaba sola. Decidí crear un espacio en el que pudiéramos analizar de forma colectiva aquella época y dejar constancia de cómo era conectarse a internet solamente dos veces al mes, por ejemplo. Sobre todo, no considero que sea un proyecto nostálgico porque no reivindica el pasado como un tiempo mejor.

En la web pones qué edad tenían todos los autores en el año 2000. ¿Cuántos años tenías tú y cómo viviste esos años?

Tenía 12 años y solo te diré que murió mi padre y fui al funeral con unos pantalones de color morado eléctrico y pata de elefante, sandalias de plataforma y una camiseta blanca hecha con tres tipos de tela diferentes. La de la espalda era también violeta pero traslúcida así que fui todo el rato enseñando un horrible sujetador deportivo blanco. Definitivamente, una época complicada…

El mal gusto de los dosmiles es mucho más sutil. Fue un intento de llenar mediante el exceso la falta de personalidad de la época

¿Tú también te sentiste decepcionada cuando, después del cambio de milenio, no nos morimos todos, ni los ordenadores explotaron?

Pues me alegré de que no pasara nada porque reconozco que me inquietaba un poco… Aunque, al menos, yo tengo excusa porque era solo una niña, ¡no como Paco Rabanne, que ya pasaba de los 60 y se dedicó a pronosticar el fin del mundo!

Britney Spears y Justin Timberlake en los VMA de 2001

Has dicho alguna vez que lo gracioso de los 2000 es que no nos imaginábamos lo patéticos que podríamos parecer en el futuro.

Es muy fácil decir que los años 80 fueron horteras porque es algo muy evidente. Había una voluntad explícita de transgredir para provocar. Sin embargo, el mal gusto de los dosmiles es mucho más sutil. Fue un intento de llenar mediante el exceso la falta de personalidad de la época. El mejor ejemplo que se me ocurre es cuando, a algunas chicas, les dio por ponerse pantalones debajo de faldas y vestidos. Podría haberse hecho como algún tipo de protesta de género pero creo que, como muchas otras cosas, simplemente se hizo porque confundíamos sistemáticamente modernidad con mamarracherío.

¿Y crees que nuestro nivel de patetismo, en estos años, es menor?

Creo que ahora hacemos las cosas con más cabeza, pero, sin duda, habrá mucho de lo que nos arrepentiremos en algún momento. De hecho, me aventuro a decir que unas de ellas podrían ser los pitillos remangados.

De todos modos, revisitar el pasado siempre acaba siendo un ejercicio bochornoso.

Es ley de vida pero, para mí, una diferencia sustancial que antes éramos más tiernos y ahora unos cínicos. Me parece muy curioso cómo la moda y la estética dosmilera se está revalorizando pero de forma irónica, más que por cuestiones románticas como había sucedido con todas las décadas anteriores.

¿Crees que igual no estamos pasando con la estética vaporwave?

Me encanta. Que tanto en la música vaporwave como en el Net art se cojan elementos que ya existían antes y se distorsionen hasta que se convierten en otra cosa completamente nueva, me flipa. Con muy pocos medios, además, se consiguen crear realidades alternativas —algunos dicen que distópicas— que nunca ha existido y nunca existirán. Me parece un arte producto de su época y creo que está infravalorado.

Nosotras vivimos los años 2000 siendo niñas o preadolescentes. ¿Te imaginas haber vivido los años 2000 siendo más mayor? Con la edad que tienes ahora, por ejemplo. ¿Crees que hubiera sido más divertido?

Puede que no me hubieran impactado tanto porque durante la infancia y la adolescencia es como si todavía te estuvieran instalando el sistema operativo, usando así una analogía que creo que viene al caso…. Para mí, lo bonito de nuestra generación es que hemos ido creciendo al mimo tiempo que lo ha hecho la tecnología. Hemos llegado a experimentar lo que es vivir sin Internet y ahora no podamos vivir sin un móvil con conexión. De algún modo creo que somos la primera generación de una nueva era y este es nuestro momento.

En tu primer libro, Vida de provincias, nos explicas cómo es crecer y vivir en Murcia. ¿Cómo fue vivir los 2000 fuera de una gran ciudad?

Creo que antes era más duro vivir en un sitio pequeño, lejos de una gran ciudad, porque el acceso a internet no estaba tan extendido ni era tan frecuente como ahora, por lo que la sensación de aislamiento era mayor… El mundo se reducía a lo que te rodeaba y a lo que las revistas y la televisión decidían mostrarte. Vamos, un drama.

Britney nos enseñó una lección muy importante: la represión hace que se te vaya la cabeza y la líes parda

¿Cómo fue tu primera cuenta de correo electrónico?

Buff, para olvidar. Era el nombre de un supuesto virus que circulaba por ahí: “man in utero”. Yo lo travestí y me lo puse en femenino porque en esa época escuchaba Nirvana y no tenía mucho criterio. Después tuve una frase en latín sacada de una canción del primer disco de Evanescence. Estaba, además, mal escrita a propósito porque la buena ya estaba pillada. Camino Román escribió, precisamente, sobre este peliagudo tema en Efecto 2000.

Los protagonistas de la serie ‘Compañeros’

Esto es muy importante: ¿Christina Aguilera o Britney Spears?

Pues esa es una pregunta nada tonta porque, cuando lo petaban, ambas representaron dos posturas opuestas con respecto a la vida. Christina era la mujer sexualmente liberada que hacía lo que le daba la gana y Britney la reprimida a la que le gustaba provocar pero que iba a misa. Es obvio que Christina siempre ha cantado mejor pero yo ahora me quedo con Britney porque nos enseñó una lección muy importante: la represión hace que se te vaya la cabeza y la líes parda.

En el primer fanzine editado por Efecto 2000 has decidido empezar con una historia de Elisa Victoria. Esta historia relata la primera conexión a un chat de una preadolescente de provincias que va regularmente a un cibercafé a conectarse a Internet. Su nickname es Honey. ¿Por qué has empezado por ahí?

Cuando abrí la web de Efecto 2000, Elisa Victoria fue una de las primeras en proponerme participar. Así nació ‘Diario Ultrasecreto de Honey’, cuyos primeros capítulos se publicaron primero allí. Me parece un testimonio divertido y muy representativo de lo que fueron las primeras incursiones en la red de muchos. Es una historia que siempre he querido llevar al papel porque, de la red, tarde o temprano acabará desapareciendo. Todavía no está decidido cuál será el próximo número de Efecto 2000 pero me gustaría mucho que pudiera ir creciendo hasta convertirse en un proyecto editorial más serio y que los años dos mil fueran solo el punto de partida de algo mucho más grande.

En la presentación del fanzine recordamos los “videoclips microondas”. Para quien no lo sepa, ¿cómo son esos videoclips y con cuál de ellos te quedas?

Son esos vídeos musicales futuristas que se rodaban a finales de los noventa y principios del 2000. Solía haber mucho plateado, luces blancas y un platillo misterioso que daba vueltas con las estrellas pop encima. ¡Daba la impresión de que, para montar el seto, hubieran estado intentando recrear el interior de un microondas encendido! Como si fueran nuestro mayor referente de modernidad o algo así. Yo me quedo con “Get Down” de los Backstreet Boys, sin duda, porque abusaron del croma que da gusto. En la página de Efecto 2000 se puede encontrar toda la información al respecto, y hasta una filmografía.

¿Qué le habrías dicho a la María de los 2000 con la experiencia que tienes ahora?

Creo que nada. Si algo he aprendido del cine de ciencia ficción estadounidense es que, si interfieres en el pasado, el futuro cambia y no como te gustaría. ¡Hay que equivocarse y hacer el ridículo!


Puedes comprar el primero fanzine de Efecto 2000 aquí