Este artículo apareció originalmente en Noisey US.
Nunca pensé escribir las siguientes palabras, pero ha sido un gran año para el black metal antifascista. Los anarquistas británicos de Dawn Ray’d dieron el empujón inicial con su obra de 2017 The Unlawful Assembly, al encontrar un nuevo hogar y una segunda impresión de su álbum con Prosthetic Records a comienzos de 2018. Desde entonces, un pequeño aunque fiero círculo de bandas (casi todas británicas, con algunas excepciones estadounidenses) ha estado brillando en los listados de metal de Bandcamp y se ha dedicado a fastidiar al detestable grupo de fascistas del extreme metal con una nueva ola de extreme metal antifascista militante, franco y que no pide permiso ni disculpas.
Videos by VICE
Bandas como Iskra, Panopticon, Ancst, y muchos otros grupos de RABM (red and anarchist black metal, o ‘black metal anarquista y comunista’ en español) prepararon el camino para este nuevo movimiento —que incluye agrupaciones nuevas como Underdark, Sarparast, Feminazgul, Allfather, y, los mas recientes, Libtrigger—, mientras que las bandas más grandes como Power Trip y Summoning han declarado con determinación de qué lado de la balanza se encuentran.
El éxito viral de Neckbeard Deathcamp y su lanzamiento debut, White Nationalism is for Basement Dwelling Losers, encendió en llamas al metal de internet y les consiguió un contrato con Prosthetic Records, quienes rápidamente se han convertido en la base de operaciones de facto para este tipo de activistas metaleros. Las grabaciones de metal intencionalmente lo-fi sobre ahogar a Richard Spencer en orines y en declararle la guerra a los incels se convirtió en otro punto álgido de la eterna discusión sobre cómo se ubica la política en el extreme metal. Pues bueno, resulta que ellos sirvieron de inspiración para otro nuevo proyecto destruye-Nazis: Gaylord.
Hasta ahora, la persona detrás de Gaylord se ha mantenido anónima, tanto por seguridad como por razones personales. Muchos de los artistas que han rodeado el movimiento antifascista de black metal han preferido mantenerse anónimos u operar desde sus nomes de guerres. Esto no es algo extraño en el mundo del black metal —donde nombres artísticos como Nocturnal Grave Desecrator o Black Winds, Usurper of Eternal Condemnation o Inverted Crucifixion, son sumamente normales— pero sí hay que señalar que esta práctica conlleva un significado más profundo ahora que la violencia de extrema derecha ha empezado a reclamar numerosas vidas y que la búsqueda por estas personas se ha convertido en una amenaza para activistas antifascistas y de izquierda.
El nombre de “Pope Richard” puede sonar familiar a mucha gente, especialmente a quienes siguen al metal en Twitter. Allí, el Papa —de nombre real Richard Weeks— es extremadamente franco frente al metal y a la política; por otro lado, su sello Blackened Death Records se dedica a sacar grind, black metal y death metal con connotación política, así como a proyectos de mayor envergadura como el la reciente compilación WOMAN (Worldwide Organization of Metalheads Against Nazis). La verdad, no me sorprendió en lo absoluto que Weeks estuviese tras este proyecto, pero sus razones para sacar este álbum en específico para el mundo, y en esta época precisamente, eran demasiado fascinantes como para dejar pasar la oportunidad de hablar con él.
Lo que verán a continuación es nuestra conversación —que se llevó a cabo por Skype, con algunas preguntas adicionales por mensaje directo de Twitter— sobre Gaylord, el antifascismo, sobre mantener peligroso al metal, y sobre lo que inspira a una persona a escribir una canción llamada “Neo-nazi Metalheads Will Be Hanged and Their Broken Corpses Openly Mocked”.
Noisey: ¿De dónde carajos saliste?
Richard “Pope Richard” Weeks: Bueno, yo estoy radicado en el sur de Londres y he estado aquí durante casi toda mi “carrera profesional”. Soy originalmente de las provincias atlánticas de Canadá; específicamente de una pequeña provincia llamada Nova Scotia. He vivido en el Reino Unido por muchos años y he grabado y escrito muchos estilos de música, la mayoría con tendencia antifascista.
¿Estarías dispuesto a darme a conocer los nombres de algunos de tus otros proyectos? Sería tu gran revelación.
[Risas] Por supuesto. El universo de Twitter me conoce como Pope Richard. Mis bandas más conocidas probablemente son Suicide Wraith y la emergente Olivia Neutered John, aunque tengo al menos una docena más de pequeños proyectos en los que opero por fuera de mi pequeño sello llamado Blackened Death Records.
¡Wow! ¡No sabía que hacías eso! Felicitaciones.
[Risas] Parece que he sorprendido a algunas personas con eso, ¡lo cual me alegra!
Eso es muy interesante. Si eres tan franco frente a tu visión de la política, tanto dentro como fuera de la música, ¿por qué decidiste mantener a Gaylord en secreto?
Bueno, mi sexualidad y mi identidad de género fueron temas con los que tuve muchos problemas cuando joven. En mi adolescencia, sabía que mi cuerpo no me quedaba del todo bien. Siempre sentí que debí haber nacido como una mujer. Y ahora, a mis 36 años, apenas estoy descubriendo las palabras correctas para describir quién soy. Me identifico como no binario. De niño, ni siquiera sabía que este término existía. Simplemente me sentía… diferente. Creo que quise mantenerme anónimo como una forma de escudarme de… ¿mí mismo? No sé si tenga sentido. Pero después de ver cómo Gaylord fue juzgado por gente tan llena de odio, decidí que no me podía esconder, tenía que darme a conocer y luchar tan duro como lo hago con Olivia Neutered John.
Tiene sentido que quieras proteger ese aspecto de tu identidad, especialmente con el tipo de música y de mensaje que estás transmitiendo. ¿De dónde sale el odio?
Mucho viene de Facebook. Hay gente completamente grotesca en esa plataforma. Tan pronto criticas a su vaca sagrada de black metal, se emprenden en una sarta de las mierdas más desagradables que puedas imaginarte. Homofobia, fascismo, racismo, todo está ahí.
¿Dices que la gente va a la página de Gaylord de Facebook específicamente para atacar a la banda?
No, nueve de diez veces están muy asustados como para confrontar directamente a la banda. Tengo el presentimiento de que eso cambiará tan pronto se enteren de que yo estoy detrás de esto; recibí amenazas de muerte por dos meses cuando Olivia Neutered John debutó. Mira estos comentarios; unos cuantos pantallazos de cómo reacciona la gente a la banda. El de YouTube es completamente repugnante.
Dios. Pero también se les ve un poco asustados. Cada vez que una banda se enfrenta a ese espació acogedor que creó el fascismo en el extreme metal, estas personas se enloquecen. Es como si se dieran cuenta —al menos por un momento— de que están apoyando algo inaceptable.
Espero que se sientan culpables, la verdad. Parte de lo que hago con la música es intentar incomodar, [con] Olivia Neutered John y ahora Gaylord. Quiero que la gente piense sobre las cosas estúpidas e ignorantes que dice. Hay mucho odio, pero también hay muchas personas que simplemente están perdidas. El heavy metal es un escudo y una armadura, nos ha protegido cuando nos hemos caído, pero hay algunos en la comunidad que lo están usando como una espada. Aquellos que fueron alguna veces acosados ahora son los culpables.
¿Y de dónde salió este proyecto en específico? ¿Qué tanto influyó Neckbeard Deathcamp y su éxito viral en la creación de Gaylord?
Neckbeard Deathcamp fue una influencia casi inmediata para mí. Al primer día del lanzamiento de su álbum —no te miento— unas diez personas me escribieron diciéndome, “¿RICH TÚ HICISTE ESTO???”. Y después de ver cómo esta banda realmente había fastidiado a los trolls de internet, me dije a mí mismo que seguro podría hacer algo así.
Preparé todo mi equipo de grabación y lo configuré como lo hago con mi proyecto de DSBM y con Suicide Wraith, y escribí las primeras dos canciones que salieron en el álbum. Me parecía que habían quedado decentes, así que en solo cuatro sesiones escribí todo el disco. Así que sí, la línea entre “homenaje” y “robo” siempre es bastante delgada [risas].
Genial. ¿Mantienes contacto con los chicos de Neckbeard Deathcamp?
Sí, hemos intercambiado un par de correos. A ellos les gusta lo que hago y a mí me gusta lo que hacen. Son personas grandiosas. Detrás de esa rutina de “comedia” tienen, en realidad, una convicción muy fuerte por las cosas que dicen y hacen.
Sí, yo también estuve hablando con ellos (y pronto saldrá una nota sobre eso), y son asombrosos. Esa es una de las cosas más irritantes que he visto sobre críticas contra este tipo de proyectos; que el “chiste” de estas bandas alejen a las personas de las “verdaderas” bandas antifascistas. ¿Qué opinas de esa crítica, y de la asunción implícita de que todo lo que sea así de militante y agresivo tiene que ser una broma?
Creo que hay múltiples ángulos para atacar el fascismo y el odio. Están las bandas “serias” como Dawn Ray’d y Underdark, que escriben canciones muy serias sobre destruir el fascismo; que es genial. Lo que ofrecen ND y Gaylord es un enfoque muy distinto. Contiene algo de comedia ahí metida; una comedia absurda. Mejor dicho, no creo que algún día vayamos a ver a Richard Spencer ahogarse en Baja Blast, pero ver cómo golpeaban a ese hombre y cómo luego cayó en el olvido fue algo igual de encantador.
Numerosas tácticas entonces. Muy anarquista de tu parte.
¡Gracias!
¿Cómo te identificas políticamente?
Me inclino mucho a la izquierda. Algo de socialismo canadiense, algo de laborista inglés, y algo de comunista enojado… y todo eso mezclado. El mundo está en un cambio constante; eso es lo que hace de la vida algo tan emocionante, con nuevas ideas, nuevas identidades, nuevos planes. Nunca he sido de los que aprietan las riendas y vive según las tradiciones. Solo estamos aquí por… que… ¿unos 70 años? Quiero poder ver y hacer lo que más pueda durante ese tiempo. Siento que el conservadurismo es una camisa de fuerza de creencias y de la sociedad como tal.
¿Por qué crees que el extreme metal, y el black metal en particular, suele ser tan conservador?
Creo que se ha construido a sí mismo una prisión. La escena está tan arraigada a la idea de contracultura que si te sales un poco de las estrechas reglas que definieron, eres un “poser”. [Por ejemplo,] tener pelo largo es algo muy metal, pero no todos podemos tener pelo largo. A veces los genes, un accidente, o el trabajo no nos permiten tener el pelo largo. Pero tan pronto te cortas el pelo, la escena te declara un poser. Si no tocas el riff justo así eres un poser, si no cantas justo así eres un poser. Entonces al ser tan contracultural, el heavy metal —especialmente el black metal— se construyo su propia cárcel conservadora.
Y en términos de inclinaciones políticas, ¿por qué tenemos a tantos putos Nazis en el black metal?
Creo que la razón por la que hay tantos Nazis en el black metal es, en parte, porque los Nazis no tienen muchos espacios los que simplemente pueden ser Nazis. Uno no ve a un grupo de Nazis tomándose un café en Starbucks, pero dentro del black metal —una escena que en sí misma ya se encuentra fuera de “la norma”— pueden crecer y proliferar como el cáncer. Y ya hay muchos símbolos paganos dentro del heavy metal, así que es fácil para estos grupos de odio que ya han robado símbolos antiguos el llevarlos aún más lejos.
Interesante. Entonces, básicamente, el black metal es un espacio seguro para que este tipo de personas puedan agitar sus banderas (los Sonnenrad) libres.
Sí, creen que es una comunidad en la que pueden dejar florecer sus creencias racistas. Por eso es que debemos ser tan duros con eso. Eso de que “el black metal tiene que ser peligroso” es una tontería. Si escuchas black metal viejo es puro Lord of the Rings y Dungeons & Dragons. ¡Posiblemente es más nerd que el power metal! El hecho de que incluso una parte de la comunidad haya sido usurpada por Nazis es grotesco.
¿Y qué opinas de la idea de que el black metal debe ser peligroso, ofensivo e impertinente frente a las reglas de la sociedad?
Creo que es una forma de evitar responsabilidades. Hay tanto del género estructurado en Lord of the Rings, que es imposible que yo lo tome como algo “peligroso”. Incluso lo de la quema de iglesias y los asesinatos en los primeros días de la escena —eso no tiene nada que ver. El heavy metal ha sido retratado como un “monstruo golpeándose en el pecho” que hasta cierto punto puede ser cierto, pero esa es otra “regla” que necesita romperse. ¡Estoy seguro de que no necesito contarte cómo es ser una mujer en esta escena!
¡Solo un poco! Eso me recuerda, ya que te tengo acá; ¿puedes hablarme más de Olivia Neutered John? Recuerdo haberme sorprendido que todo esto viniera de alguien que en ese momento percibía como un hombre.
Sí, por supuesto. Olivia Neutered John es el espacio que utilizo para atacar las nociones preconcebidas del death metal y el porngrind. El death metal se enfoca mucho en hombres matando a mujeres, y el porngrind en crímenes sexuales cometidos hacia las mujeres —potencialmente se trata de escenas con muchos hombres. Y como al comienzo hubo tantos hombres liderando bandas de death metal, muchas de las víctimas de las canciones son mujeres. Quería que Olivia Neutered John volteara el tablero con eso; que fueran mujeres asesinas matando y violando hombres.
Desde el comienzo supe que esta escena increíblemente tóxica no reaccionaría bien a esto, así que envolví los mensajes importantes de derechos de la mujer, derechos de personas trans, aceptación, etc. en un gran paquete cómico. Quería atraer a la gente con títulos graciosos y riffs sucios, pero también quería interesarlos en los comentarios sociales profundos que estaban escondidos [en las canciones]. Supongo que Gaylord es algo similar; atacar una forma de música con la música misma. Combatir el fuego con fuego [risas].
Entiendo lo de la venganza de la violación (muy del tipo Castrator), pero quisiera desafiar esa idea de que la mejor forma de combatir la cultura de la violación es con más imágenes de violación. ¿Consideraste esa crítica al pensar en la idea detrás de este proyecto?
Sí, mucha gente me habló de muchas imágenes e ideales sobre el primer LP en las que nunca pensé. Una de esas fue la de combatir la violación con más violación. Muchas de estas imágenes se ven simplemente del ángulo del “hombre blanco enojado con otros hombres blancos”. Muchas personas me han pedido rectificación sobre ciertos comentario y, sí, entiendo completamente que puede ser muy perturbador para algunas personas el uso de ese tipo de imágenes.
También he recibido comentarios de gente trans, diciendo que les afectaban de maneras extrañas las letras sobre destrucción genital. Hablar de destrucción del pene o referencias sobre “genitales masculinos pequeños” puede terminar viéndose como una forma de burlarse del cuerpo de otros. Siempre le agradezco a la gente que decide contarme estas cosas. Quiero aumentar la consciencia en la escena, pero también quiero aprender y crecer frente a lo que he dicho y hecho; el humor negro puede llegar a frustrar el punto al que uno quiere llegar. Por eso quería que la última canción en Kill All Men fuese un recuento de asesinatos, violaciones y abusos. Violar a un violador no es justicia. Asesinar a un asesino no es justicia.
Gracias por esa respuesta tan considerada. Sé que has sido un músico activo por muchos años, pero pareciera que tu militancia política se hubiese desatado después de 2016. ¿Qué disparó esta nueva posición?
Amo el heavy metal, y uno lucha por lo que ama. Mi primer álbum político fue un EP de un proyecto llamado Sea Wolves of the Atlantic. Es neofolk antifascista que empecé después de estar quejándome un día por la cantidad de idolatría Nazi que había en la escena neofolk. Ahora, en ese momento yo ni siquiera sabía qué era el antifa. Después de algunas reseñas del álbum, me di cuenta de que mucha gente estaba en contra de la idea del antifascismo y no sabía por qué. ‘Imposible que la gente sea pro fascismo en esta época, ¿no?’.
Además del racismo en el neofolk, sabía que también ocurría eso en el heavy metal y quería arreglarlo. La cantidad de apologistas de NSBM que conocía a lo largo y ancho del Reino Unido es absurda. Puede ser algo tan inofensivo como, ‘Sí, me gusta Burzum pero no me interesan su ángulo político’ a ‘Sí, toco en una banda de NSBM con álbumes conceptuales sobre el genocidio contemporáneo y las guerras raciales’. Quería distanciarme de esa mierda, y entre más me alejaba de ellos, más quería alejarlos también. Este era mi heavy metal, esta es la música que siempre había estado ahí para mí. No quería que unos racistas de mierda se la apropiaran. Así que cambié de la mentalidad de ‘necesito escapar de esto’ a la de ‘necesito enfrentar esto de cabeza y patear el panal tan fuerte como pueda’.
¿Cómo podemos inspirar a más metaleros a adoptar esa actitud y que empiecen a contraatacar?
De dos maneras. Necesitamos atacar el fascismo, el racismo y la homofobia siempre que podamos —no solo acabando con el NSBM, sino también confrontando a la gente cuando use jerga “casual” que sea racista u homofóbica. También tenemos que demostrarles a los miembros de la comunidad que todos estamos juntos en esto. Recordarles que el heavy metal siempre estuvo ahí para ellos en sus momentos más oscuros. Ha estado ahí para todos nosotros. Todos somos marginados; utilizar la música que nos salvo como un modo de alejar a otros de la escena es elitista, pretensioso y deshonesto.
No es una solución rápida. Va a tomar muchísimo trabajo. Necesitamos saber dirigir la acción. No solo intentando acabar físicamente con los conciertos de NSBM, sino también escribiendo música antifascista. Uno no puede ignorar al KKK y esperar que desaparezca. Uno no puede ignorar a la supremacía blanca y esperar que desaparezca. Uno tiene que acorralarlos y atacar. Acabar con sus shows, escribir música, desafiar a quien lleve camisetas de Burzum. Ser implacables.
Kim Kelly es una editora de Noisey; También está en Twitter.