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Las selfies le han costado al mundo del arte por lo menos 1.5 millones de dólares

Pengunjung pameran seni rupa selfie.

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Las selfies tienen un papel complejo y siempre cambiante en la vida moderna. Para algunos, es un flagelo social; para otros, es la salvación feminista; para Cindy Sherman y Richard Prince, es una forma de arte genuina. Pero, ¿el simple hecho de tomarte una foto con tu celular puede resultar peligroso para las bellas artes?

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La semana pasada, cuatro jóvenes que visitaban el Centro Internacional de las Artes en Ekaterimburgo, Rusia, dañaron las obras de Salvador Dalí y Francisco de Goya cuando derribaron un muro independiente al tratar de tomarse una selfie, informa Artsy. La representante del Ministerio del Interior de Rusia, Irina Volk, describió a las cuatro mujeres en busca de una selfie como “no muy bien portadas”, señalando que sus acciones le causaron daños a un grabado de la serie de 1799 “Los Caprichos” de Goya y a una obra de Dalí que inspiró. La casa de subastas Christie’s valúa otros grabados en la serie “Los Caprichos” entre $400,000 y $600,000 dólares, mientras que una interpretación anterior por parte de Dalí de Goya fue vendida en una subasta por $22,500 dólares.

Esta no es la primera vez que la búsqueda de una selfie inspirada en el arte ha salido terriblemente mal. En 2017, un visitante de la exhibición The 14th Factory, en Los Ángeles, del artista Simon Birch, radicado en Hong Kong, causó daños por un valor de casi $20,000 dólares cuando “cayó de espaldas en una fila de esculturas en pedestales, provocando un efecto dominó”, mientras trataba de obtener una selfie con la instalación llamada Hypercaine, informó el Observer.

Pero eso no es todo: en 2016, una estatua de 126 años de Dom Sebastian, quien gobernó Portugal de 1557 a 1578, “se hizo pedazos después de que un hombre de 24 años lo derribara mientras intentaba subirse en ella para tomar una fotografía”, informó ArtNews. (Tuvimos problemas para fijar el valor de esta pieza, pero como el “Ecce Homo” de España, suena absolutamente impagable). En mayo de ese mismo año, los fanáticos de las selfies dañaron una histórica estatua italiana de Hércules (la estimación de Sotheby’s para una estatua similar fue de: entre $150-250,000 dólares), y en 2014, un estudiante italiano rompió una copia de una antigua escultura grecorromana llamada El sátiro borracho mientras intentaba subirse a su regazo para una sesión fotográfica (la estimación de Christie’s para una estatua similar: entre $7,000 y $10,000 dólares). En total, según una estimación conservadora, las selfies han causado dañado por un valor de $1,5 millones de dólares en el mundo del arte en los últimos cuatro años. Algunos museos han tratado de reducir los accidentes ocasionados por las selfies mediante la prohibición de los selfie sticks, pero ¿existe algún número de regulaciones que pueda frenar el anhelo irreprimible de los fanáticos de las selfies de documentar su estadía junto a las obras de arte?

La idea de volver a un mundo artístico gentil y tecnofóbico en el que las damas vengan y vayan, hablando de Miguel Ángel, parece anacrónica cuando la inteligencia artificial está actualmente conquistando el mundo artístico. Las herramientas en línea como Google Art and Culture app, que le permiten a las personas encontrar sus doppelgängers históricos (¿recuerdas cuando todas las fotos de perfil de tus matches de Tinder eran selfies con Man with a Pipe de Courbet?), ayudan a democratizar las colecciones artísticas que antes eran inaccesibles a gran escala.

Aún así, el Gran Conteo de Selfies de finales de 2010 merece cierta consideración. Como mínimo, todos deberíamos estar de acuerdo en seguir las pautas del video “Apeshit” para conocer las mejores prácticas relacionadas con la captura de selfies seguras y de clase mundial junto a obras de arte.