Hace años que no me subo a una bicicleta. Dejé de hacerlo cuando una mujer que se acababa de estacionar abrió la puerta de su coche justo cuando yo iba pasando y me estrellé con ella. Mi esternón se abrió a la mitad y la parte de arriba de la puerta me perforó el pecho, junto al hombro.
Un año después me rompí la columna vertebral en un accidente que no tuvo nada que ver con el ciclismo. Justo cuando pensaba volver a andar en bici, vi cómo un auto atropelló a un ciclista a pesar de que el tránsito iba lento. El ciclista —que iba a una velocidad razonable en el carril de bicicletas— voló por encima del techo y cayó de espaldas aún con los pies en los pedales. El pobre no podía pararse y sufría mucho. Estaba a punto de perder los estribos cuando se abrió la puerta del auto y salió una adolescente vestida con un mameluco de Pokémon. El tipo estuvo a punto de soltar una carcajada pero mejor se recostó.
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No hay muchos deportes que también funcionen como transporte. Y encima de esto, los ciclistas tienen que enfrentar una cantidad desproporcionada de ira comunitaria.
Probablemente se debe a que tener un auto y conducir en la ciudad es una mierda. ¿Quién no se enojaría al ver a un tipo en bici metiéndose entre el tráfico y disfrutando el sol y el viento?
Por eso les dejo algunos consejos para ser un buen ciclista.
Para empezar
Lo mejor es empezar joven. Muchos de nosotros no podemos darnos ese lujo porque empezamos a andar en bici cuando con las rodillas dañadas.
En general, pasar de ver series sentado en un sillón y con una mala alimentación, a una bici de montaña, es una tarea solitaria.
Cuando vas en tu bici y dejas atrás a un grupo de Godínez, sientes que naciste para esto. Llegas a pensar que eres el próximo Alberto Contador. Después viene el declive, así como cuando creías que tu récord de Candy Crush era insuperable, en cuanto ves la tabla de los resultados más altos, tus sueños se derrumban. Mejor relájate y disfruta.
No odies la licra, vas a terminar usándola
Sí, todos pasamos por eso. Vas a empezar con tu bicicleta italiana vintage y tu mezclilla rota yendo y viniendo, del trabajo a tu casa, tranquilamente.
Después vas a querer recorrer distancias más largas, subir colinas y respirar aire fresco con tus nuevos amiguitos ciclistas. A estas alturas, los jeans empiezan a estorbar.
Al principio te dices a ti mismo que con unas bermudas vas a estar bien. Pero cuando estés tirado en el sillón, sangrando del área del perineo, vas a sacar la tarjeta de crédito y comprarás todas las licras que encuentres.
Muchos usan licra porque funciona. Y no hay nada de qué avergonzarse. Es como un vestidor o un mingitorio. Todos sabemos que nuestros penes están a la vista pero tratamos de mantener la mirada arriba y fingir que no pasa nada.
Además, la entrepierna está acolchonada por obvias razones.
Evita las calcomanías que ofenden a los automovilistas
“Un auto menos” no significa mucho si no tienes dinero para comprarte un auto y de no ser por la bici, andarías en transporte público. Y significa aún menos si está en una bicicleta amarrada a una parrilla en el techo de un auto.
(Descarta este punto si cambiaste tu auto por una bicicleta).
Ponte casco
No es por ti, es por lo demás. Nadie quiere que tu cerebro manche el toldo de su Suzuki Swift nuevo.
“Es mi cuerpo, el gobierno no puede decirme qué hacer con él”, vas a decir. Primero que nada, sí puede, por eso tienes tantas multas. Segundo, cuando tienes un accidente, ¿a quién acudes para que te ayude con los gastos médicos?
Y si te vas a poner casco, mínimo abróchatelo. De todas formas ya se te arruinó el peinado, ¿a quién quieres impresionar?
No le pongas amarracables a tu casco
Pasaron años antes de que entendiera esta tendencia. ¿Por qué hombres con barba y una cantidad innecesaria de ropa brillante le ponen amarracables a sus cascos?
Para evitar que las hurracas o cualquier otro pájaro territorial se abalance contra sus cabezas.
¡Usas casco para proteger tu cabeza! No te va a pasar nada si una hurraca se estrella en tu cabeza. Créeme, la hurraca va a salir perdiendo.
Si te quieres poner amarracables en la cabeza, hazlo cuando no traigas casco y tu cuero cabelludo esté vulnerable.
O mejor aún, trata de ser un buen ciclista en general.
Esto va para los que parece que van acostados en la bici, lo cual, por cierto, es la mejor forma de estrellarte contra los rines de un trailer. También va para los que andan desnudos en la bici. Además de ser una de las peores formas de protesta, es una oportunidad para que los hombres se exhiban frente a los niños, como en Chatroulette.
Compórtate como si tuvieras un auto.
No puedes quejarte de que no te respetan como vehículo si te subes a las banquetas o te pasas los semáforos cada que se te da la gana.
Las bicicletas son geniales porque puedes esquivar el tráfico mientras los automovilistas te ven feo. No tienes que preocuparte por buscar un lugar de estacionamiento porque lo único que necesitas es un tubo donde encadenar tu bici.
Ya sé, este consejo no tiene caso. Eres humano y si se te presenta la oportunidad, la vas a aprovechar. Sólo recuerda que tu comportamiento va a hacer que los automovilistas que esquives odien más a las ciclistas.
Quita tu bici de mi vagón
Si no estás dispuesto a comprometerte con tu medio de transporte, entonces es probable que el ciclismo no sea lo mejor para ti.
Nadie quiere quedarse atorado en hora pico en el metro. La peor forma de empezar el día es que un tipo meta su bicicleta al vagón y le pegue a todos en las piernas con las llantas.
Sólo te engañas a ti mismo al andar en bici unas cuantas cuadras y caminar con la bici hasta llegar al trabajo con un café en la mano.
Ve en una sola fila
Sí, la mayoría de los automovilistas son unos idiotas. No cabe duda. Pero andar en bicicleta agarrados de la mano en pleno tránsito es una estupidez. Aprovecha la oportunidad para cederle el paso a tu compañera ciclista y disfruta la vista de esos sexys glúteos en licra. Vas a tener mucho tiempo para hablar sobre el grupo de personas que rebasaste o el viento tan fuerte que había.
“Las bicis para niña” son mortales
Esto va para todos, sin importar a qué género pertenezcan. La bicicleta vintage promedio es increíblemente pesada y cada que giras el manubrio parece que se te va a romper la muñeca. Y es peor si además le agregas una canasta gigante llena de productos de un mercado de granjeros locales.
¿Usas vestidos hasta los tobillos y con fondo? ¿No? Entonces cómprate una bici normal.
Toca el timbre
Según mi experiencia, si un tipo está a punto de pegarte con su auto de reversa, gritar “¡PENDEJO!” con todo el poder de tus pulmones es mucho más irritante que efectivo.
Y por lo que más quieras, por favor, utiliza tu timbre sólo cuando sea necesario.
Revisa dónde encadenas tu bici
Este consejo es muy simple. Encadenarla a la bici de alguien más es grosero, no importa si haya sido intencional o por accidente. No te toma más que unos segundos revisar tu entorno para no arruinarle el día a otro ciclista.
No lleves a tus hijos contigo
No sé cómo se llaman esos carritos que parecen burbujas que se amarran a las bicis pero sí sé que llevar a tus hijos ahí es un acto muy irresponsable. Tampoco sé mucho sobre cómo es ser padre pero arrastrar a tu bebé por ahí al nivel del suelo es como pedir a gritos que pase un accidente.
Hasta el automovilista más paciente estaría dispuesto a atropellarte si vas colina arriba mientras arrastras tu burbujita con un niño dentro hacia la escuela Montessori más cercana. No hay que negarle al mundo otro Masterchef.
Cómprate unos buenos faros
Hoy en día, los ciclistas más dedicados tienen tantos faros que parecen árboles de navidad. No es necesario que tengas un reflector, basta con que la gente sepa que estás ahí.
Lo mejor de todo es que si pasa algo, como que te peguen con una puerta, si traes faros, tienes las de ganar.
Habla de algo más
Cuando te tomas el ciclismo en serio, necesitas amigos para andar juntos en bici. Y todos estos nuevos amigos tienen algo en común: les gusta el ciclismo.
Pero eso no significa que las bicicletas son tu único tema de conversación. Si sales con amigos del trabajo, se supone que debes dejar atrás los problemas de la oficina y hablar sobre programas de televisión o fútbol.
Nada es más desalentador que salir a andar en bici con un grupo de personas que se la pasan hablando sobre recorridos pasados, competencias o compras en línea de accesorios para bicicleta.
Que no te de miedo hablar sobre las otras cosas que te gustan, como la música, los deportes o las películas. Es probable que tengan más cosas en común de lo que creían. Como, no sé, el amor por la carne o el cuidado de su barba.