Música

James Blake acaba de hacer un magnífico álbum sobre estar feliz en el amor

Jambes Blake

Cuando James Blake lanzó su álbum debut homónimo en 2011, sonaba como si estuviera bajo el agua. El segundo sencillo del álbum, “The Wilhelm Scream”, el cual llegó luego del inquietante cover de “The Limit To Your Love” de Feist, encontró al cantante y productor del Reino Unido cantando: “I don’t know about my dreamin’ anymore / All that I know is I’m fallin’, fallin’, fallin’, fallin’”. A lo largo del disco, su penetrante sentimentalismo se deja envolver por sintetizadores caluroso y ritmos efectivos.

En el corazón de la canción hay una desesperación conmovedora que serviría de base emocional para la mayor parte de su trabajo. Con la gran textura R&B del Overgrown de 2013, y el extenso pero optimista LP de 2016, The Colour In Anything, Blake ha consolidado su lugar como uno de los principales melancolistas de la música pop. Asimismo, sus arreglos post-dubstep lo han convertido en un colaborador constante de actos consagrados como Beyoncé, Frank Ocean, Kanye West, Kendrick Lamar y Bon Iver.

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La oscuridad en las canciones de Blake también ha sido el reflejo de su vida en medio de las exigencias de una carrera que comenzó a ascender desde que promediaba los 20 años. Ahora, a sus 30, está haciendo un inventario: “Me sacaron de la vida normal esencialmente a una edad en la que me formé a medias”, dijo Blake el año pasado, hablando en el panel “Cómo manejar la crisis del suicidio en la población artística”. El estar de tour fue especialmente imperturbable: “Tu conexión con otras personas se convierte en algo superficial. Entonces, si solo estuviste en la ciudad por un día y alguien te preguntó cómo estás, le comentas solo lo bueno… lo que generalmente no implica lo ansioso que te sientes o qué tan deprimido estás”.

Sus comentarios llegaron un par de meses después del lanzamiento de “Don’t Miss It”, el primer sencillo de su esperado cuarto álbum, Assume Form, lanzado hoy. Ese track encantador y anhelante se jactó de la voz dinámica de Blake cantando: “When you get to hang out / With your favorite person everyday / When the dull pain goes away / Don’t miss it”.

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Un tiempo después, Blake publicó una declaración sobre la respuesta que obtuvo en redes a la canción, señalando un titular condescendiente: “Sí, James Blake todavía está triste”, y escribió: “No puedo dejar de notar, como hago cada vez que hablo sobre mis sentimientos en una canción, que las palabras “niño triste” se usan para describirla. Siempre he encontrado esa expresión poco saludable y problemática cuando se usa para describir a los hombres que simplemente hablan abiertamente sobre sus sentimientos”.

Al escuchar “Don’t Miss It” en el contexto de Assume Form, el álbum más esperanzador de Blake hasta ahora, los clichés de “niño triste” se sienten especialmente fuera de lugar. Blake ha pasado los últimos años tomando decisiones difíciles y necesarias para su salud mental, incluida la terapia. También ha estado en una relación larga con la personalidad de la BBC1 y actriz de The Good Place, Jameela Jamil, un romance que él mismo ha acreditado como una fuente de estabilidad. Escondida cerca del final del álbum, “Don’t Miss It” ni siquiera es una desgracia inequívoca. Es una advertencia clara de no dar las cosas por sentado. Cuando Blake canta, “Don’t miss it / Like I did”, se lamenta de no apreciar el momento mientras está deprimido. Una observación así solo puede venir del crecimiento personal.

Assume Form pregunta qué sigue después de la felicidad. James Blake siempre ha sido un referente diseccionando sus inseguridades, como en “I Never Learned To Share” de 2011 y “I Hope My Life (1-800 Mix)”, incluida en The Colour In Anything, canciones que respectivamente trataron con el odio y la duda autodestructiva. Aquí no es diferente, aunque las apuestas emocionales están ahora atadas a mantener la estabilidad y una relación sana y satisfactoria. En el brillante tema que abre el álbum, afirma que “estaré fuera de mi cabeza esta vez / seré tocable por ella / seré accesible”. Es un mantra palpable al presente y a dejar ir el pasado.

Mientras los primeros trabajos de Blake fueron una escueta ventana a sus solitarias sesiones de escritura y grabación, Assume Form es acogedor e íntimo. En una entrevista de 2016, dijo que “la música es más divertida cuando tocas con otras personas”. Esto se refleja claramente en el álbum, que fue coproducido por Dominic Maker de Mount Kimbie y con Dan Foat, manager de Blake, como productor ejecutivo, y en el que podemos encontrar una multitud de invitados como Travis Scott, Moses Sumney, Metro Boomin, entre otros.

El resultado muestra a Blake en su sonido y espíritu más distendido. Rosalía, la estrella del escenario musical español en 2018, aparece gratamente en “Barefoot In The Park”, una pieza sexy y personal sobre cómo disfrutar el tiempo que pasas con tu pareja. Aunque se logra percibir una pequeña amenaza entre líneas —“Who needs balance? / I’ll see you every day”—, su dulzura inherente es innegable. Pero no es una felicidad constante y perdida. En el meditabundo “Where’s The Catch”, las inquietudes se afianzan mientras se pregunta, “¿puedo confiar en esto ahora?”. El invitado de lujo es André 3000, quien respalda al inseguro Blake en un verso asombroso: “How many days of amazin’ will it be before it phases and say, ‘I told you so’”.

Pero los momentos más resonantes del álbum vienen de la despreocupada devoción de Blake a estar en una relación comprometida. “Into the Red” comienza con él canturreando sobre un ritmo pulido y cuerdas en cascada, “para mantenerla en mi mira, para mantenerla en mi vida”. En otra parte, Blake prácticamente se está desmayando, como en “I’ll Come Too”, una oda encantadora a dejarse llevar y querer ir a todos lados con tu pareja: “I’m gonna say what I need / If it’s the last thing / I do I do, I do, I do / I’m in that kind of mood”. “I Can’t Believe The Way We Flow” es quizás el tema más hermoso del LP, sonando espléndidamente como una actualización 2019 de los acordes del clásico “Easy” de The Commodores, con voces en capas y una línea especialmente audaz: “You waive my fear of self”.

La felicidad es sorprendentemente difícil, sobre todo si quieres llegar a un acuerdo con ella y, finalmente, aceptarla en tu vida. Esto es especialmente cierto si su ausencia ha sido tu constante. Ese es el núcleo tensionante de Assume Form. Es un álbum que encuentra su fuerza en la humildad: dejar ir las mierdas personales al servicio de alguien más. “Pensé que todo podría desvanecerse, pero estaba equivocado”, admite Blake entre los sonidos del sintetizador de “Power On”, la emocional pieza central del álbum. “Have you ever coexisted so easily? / Let’s go home and talk shit about everyone / Let’s go home finally”.

Este artículo apareció originalmente en Noisey US.

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