Música

Sol Oosel explora lo primitivo del rock a través del trance y el surrealismo

Gustavo Mauricio Hernández es una persona con bastante historia en el rock mexicano. A través de los años ha sido miembro de bandas como Zurdok, Quiero Club y She’s a Tease; y también ha hecho proyectos por su cuenta como Black Forest con las que ha explorado muchas vertientes sonoras. Dicho esto, nada de lo que ha hecho se compara con Sol Oosel, un nuevo personaje donde explora el trance como método para llegar a rincones recónditos del inconsciente, manifestado en canciones de sonidos nostálgicos reconfigurados de una forma diferente.

“Ya tenía rato de no grabar ni estar en una banda.” Nos platica Gustavo. “Yo solía tener un proyecto que se llamaba Black Forest, era el proyecto en el que hacía todo lo que no podía hacer en las bandas. Los poquitos que me conocían como Black Forest lo relacionaban con algo más improvisado, debrayado, experimental; pero lo que estoy haciendo ahorita es más de canciones normales.”

Sol Oosel no es sólo el nombre del proyecto en sí, sino el nuevo pseudónimo de Hernandez. “Me gusta que es como un nombre propio, un nombre y un apellido. Como también estoy haciendo cosas en el mundo del arte, quise usarlo también como nombre propio. Más que crear un nuevo proyecto es como crear un nuevo personaje, creo prudente presentarme así.”

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Al escuchar las canciones de Sol Oosel se escuchan muchas influencias y vertientes, un minimalismo algo oscuro pero muy melódico, referentes que van de rincones oscurantistas de los setentas hasta lo más sonado del “retorno del rock” de principios de los 2000. Para Sol, sus gustos e inspiraciones son más simples y directas de lo que parecen. “A mi siempre me ha gustado el punk muy sencillo y el rock n’ roll clásico, Elvis y así; pero al mismo tiempo soy muy fan del new wave, Pet Shop Boys, OMD y Depeche Mode que son las bandas con las que crecí; luego más hacia los noventas era fan de Sonic Youth, siempre he sido muy fan de Thurston Moore, ha sido de una manera mi maestro de guitarra. Siento que estoy mezclado todo un poquito. No quise hacer algún tema en el disco que fuera clichesozo. Quise poner un poquito de todo en todas las canciones. Creo que así es como naturalmente uno encuentra su sonido. No quiero encapsularse, estoy buscando maneras en las que convivan diferentes inquietudes musicales. Nada fue planeado, así fue saliendo.”

“Tengo muy presente el inconsciente y la infinidad del inconsciente,” nos platica sobre los temas que trata su proyecto. “Las partes que desconozco de mi mismo y de cierta búsqueda. Lo considero como un álbum conceptual. Traigo eso de meditar mucho, entrar en trance, descubrir partes de uno que uno desconoce y poner a prueba tu persona. Es el trip filosófico que tenía al hacer el disco.”

Estos mismos temas se reflejaron en el método en el que llegó a la composición lírica. “Me tripeé en hacer diferentes formas de hacer letras. Unas súper clásicas y trilladas que me funcionan, lo que consiste en recortar palabras, mezclarlas y pegarlas, el clásico cut up que usaba Bowie y los (poetas) Beats, también cadaver exquisito y técnicas más surrealistas. La que me ha funcionado mucho, creo que es mi favorita: un ejemplo es “The Hills”. Si pones atención, no canto nada, agarro el micrófono y canto lo que sea, me meto como en un trance rocanrolero y luego según la fonética me guío y le pongo una palabra. Hay momentos en ‘The Hills’ en las que lo dejé así y no lo cambio a palabras de un lenguaje. Siempre parto de una melodía y luego le acomodo un texto, [eso] es más importante.”

“Estoy muy satisfecho,” continúa. “Me encontré a mi mismo en el estudio diciéndome ‘oye, está bueno lo que haces.’ Estoy satisfecho y sorprendido por ello. Es un disco que hasta pongo yo para escucharlo. Creo que eso es buen augurio. Ya es un win personal.”

El primer adelanto formal de Janus, el álbum de Sol Oosel es “The Hills,” canción que viene acompañada de un video que aproxima el arte contemporáneo. Oosel nos explica. “(La canción) es como una especie de oda a la chispa de energía que nos anima y nos hace levantarnos todos los días. Un amigo querido, Mario García Torres que es artista conceptual, me dijo ‘güey, te quiero hacer un video.’ Entonces le muestro la canción y le gusta mucho. Me dijo, ‘hagamos algo que tenga que ver con baile, porque creo que el bailar viene mucho de estar en trance’ y yo traigo ese trip. Él investiga un poco y llega con Jaime Soriano que es el hombre que vemos bailar en el video, es colega de Jerzy Grotowski quien es un artista polaco que ya falleció y es muy reconocido por la influencia que tuvo en el arte del performance. Muchos de sus ejercicios eran entrar en un trance y canalizar ciertas cosas del inconsciente, energías que fluyen por uno que no son mandadas por la mente. Para grabar el video hicimos cuatro tomas en las que (Soriano) se arrancó a hacer sus movimientos. Fue bonito ver que todos estábamos conectados.”

Para debutar en los escenarios, Sol Oosel ha escogido el festival Nrmal de este año para hacerlo, el cual representa un reto a la vez de un triunfo más de su naciente proyecto. “Ya he tocada en ediciones pasadas del Nrmal con varias bandas. Es la escena o el público con el que más empatizo, me siento como en casa ahí y es un esfuerzo que celebro bastante; podría decir que es mi festival favorito. Voy a tocar solo, eso me pone no necesariamente nervioso pero sí de alguna manera. Si tienes a alguien al lado ya te metes de cómplice pero solo nada más tienes al público enfrente.” A su vez, no olvida las raíces de Black Forest. “En los shows que estoy por hacer estoy dejando espacios para trippear e improvisar, si una canción es de cuatro minutos, la extiendo a ocho.”

Sol tiene Janus terminado, aunque no sabemos cuándo o cómo saldrá a la luz (“No estoy seguro si seguir sacando sencillos individuales o ya sacar todo el disco, chingue su madre.”) pero al igual que la concepción y creación de Sol Oosel, la manera en la que llegue a los escuchas puede llegar de manera abstracta, en un proceso de pensamiento inconsciente para despertar destinos no explorados. El Sol ha salido, sólo hay que esperar que la luz llegue a todos los rincones.

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