Artículo publicado originalmente por MUNCHIES Estados Unidos.
El atleta estadounidense Dennis Mitchell perdió una medalla de bronce por 0.05 segundos en la final de los 100 metros masculinos en los Juegos Olímpicos de 1988 en Seúl, Corea del Sur. Ese evento fue promocionado como “la carrera más grande de la historia”. Pero el ganador, Ben Johnson, fue despojado de su medalla de oro luego de dar positivo en una prueba de drogas; Carl Lewis, medallista de oro en segundo lugar, había dado positivo a drogas para mejorar el rendimiento; y desde entonces el evento fue bautizado como “la carrera más sucia de la historia”. Cuando Mitchell dio positivo una década más tarde, dijo que había sido por beber cinco cervezas y tener relaciones sexuales con su esposa cuatro veces la noche anterior. “Era su cumpleaños”, dijo. “La dama se merecía un regalo”.
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LaShawn Merritt, dos veces medallista de oro olímpico en el relevo de 400 metros y 4×400 metros, dijo que sus resultados positivos fueron por tomar ExtenZe, unas píldoras para alargar el pene. “Cuando compró el producto estaba pensando en tener relaciones sexuales con una mujer,” dijo la American Arbitration Association, en el fallo en su contra. “Él admitió que no miró la etiqueta”. Y cuando cinco miembros del equipo de futbol femenil de Corea del Norte no pasaron las pruebas de drogas durante la Copa Mundial Femenina de 2011, los funcionarios norcoreanos dijeron que a las jugadoras les había caído un rayo antes de su partido, y posteriormente fueron tratadas con “glándula de almizcle”. Eso, insistieron, causó que sus pruebas salieran positivas.
Sí, todos los anteriores son pretextos estúpidos, excepto, tal vez, por el ExtenZe, pero si un atleta profesional sale positivo en una prueba de drogas y luego trata de echarle la culpa a comer espinacas, bueno, eso sí podría ser legítimo. Hace poco, científicos de la Freie Universität Berlin sugirieron que la ecdysterona, un químico que se encuentra en las espinacas, se agregue a la lista de sustancias prohibidas de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés) debido a que produce efectos similares a los esteroides.
De acuerdo con la DW, los investigadores realizaron un estudio de 10 semanas con 46 hombres, a quienes se les administró un placebo o un suplemento diario que contenía tanto ecdysterona como 3 kilos de espinaca. Todos los participantes siguieron el mismo programa de entrenamiento, pero los hombres que tomaron las pastillas de ecdysterona desarrollaron más masa muscular y tuvieron hasta tres veces más aumento de fuerza que el grupo con placebos. “Estos datos subrayan la efectividad de una suplementación con ecdysterona con respecto al rendimiento deportivo”, escribieron los autores en su resumen.
Los investigadores dijeron que –basados en estudios previos con ecdysterona– esperaban que el grupo con suplementos superaran a los de placebos pero no por tanto. “Nuestra hipótesis era que veríamos un aumento en el rendimiento, pero no esperábamos que fuera tan grande”, dijo la coautora del estudio Maria Parr. “Recomendamos a la WADA en nuestro informe que se agregue la sustancia al dopaje. Creemos que si aumenta el rendimiento, esa ventaja injusta debería evitarse”.
Esta no es la primera vez que Parr y su equipo han sugerido que la ecdysterona debería estar en la lista de sustancias prohibidas de la WADA. En 2015, también fue coautora de un estudio diferente llamado “Ecdysteroids: ¿A novel class of anabolic agents?” (Ecdysteroids: ¿Una nueva clase de agentes anabólicos?) que probó los efectos del químico en ratas, y esos resultados mostraron que la ecdysterona podría inducir el mismo tipo de hipertrofia (crecimiento muscular) que algunos esteroides anabólicos. “Con respecto a la prevención del dopaje, la alta potencia anabólica de la ecdysterona justifica su clasificación como agente anabólico y, por lo tanto, debe incluirse en la categoría ‘Agentes anabólicos S1’ de la lista de sustancias prohibidas de la Agencia Mundial Antidopaje”, escribieron.
Quién sabe si la WADA agregue la ecdysterona a su colección de sustancias prohibidas, pero esperamos que futuros velocistas o ciclistas o jugadores de fútbol culpen a las espinacas por salir positivos en sus antidoping.