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“Para que Drake se fije en ti, tienes que tener otro nivel de exposición. No alcanza ser bueno”: Orodembow y 0600

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En marzo pasado, la primera línea completa del trap argentino se juntó a celebrar un presente de éxito continuo en el remix extra large de “Tumbando el club”, un tema fundacional que Neo Pistea había hecho en 2016, justo antes de que el género tomara su impulso definitivo gracias a la unión de Duki, Ysy A y el propio Neo en el trío Modo Diablo. Pero ese tema, cuyo remix rompió la barrera de los 100 millones de reproducciones en YouTube, no hubiera existido sin el beat adictivo y ultra contundente de Federico Ferrer, más conocido como 0600, un productor pionero que rápidamente se convirtió en referente de la escena.

En el último tiempo, 0600 y su socio Orodembow (Roque Ferrari, del dúo Coral Casino) se dedicaron a empujar los límites del trap argentino hacia adelante, en tracks que incorporan elementos de géneros como el house, el trance o la música ambient, desde “Mi chain de Roque” de Duki hasta “Casi un G” de Ysy A. El auge del género es imposible de entender sin ellos: 0600 fue el DJ de Modo Diablo en la primera gira, un tour modesto por el interior de Argentina, y Orodembow tomó la posta en la última, que los llevó a tocar en el Barclays Center de Nueva York ante 20.000 personas junto a Ozuna, A Boogie Wit Da Hoodie y otras estrellas de la música urbana.

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Pertenecientes a una generación anterior a la de los raperos con los que trabajan, el Cero y el Oro pueden ver la explosión del trap argentino desde una perspectiva más analítica, especialmente en un momento de madurez como el actual, en el que una nueva camada de raperos aún más jóvenes empieza a asomar en Argentina para reclamar la corona, tirándole beef a Duki, Cazzu y otras figuras de la primera ola. Lo difícil no es llegar, dicen, sino mantenerse.

Nos encontramos con los productores en el estudio que comparten en el altillo de una ferretería para hablar del presente del género, los códigos de la calle, las particularidades de Modo Diablo y la tensión constante entre pertenecer a una industria o darle la espalda.

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Foto por Olivia Repetto.

VICE: ¿Qué les pasa a ustedes cuando ven que hay beef en la escena?
Orodembow: Con nosotros no joden, así que nos reímos. Es parte del juego, y de hecho creo que hay algo muy positivo en beefearse con gente, porque te lleva a que se te mueva algo adentro. A veces las cosas están muy estáticas por acá.

0600: También creo que hay una confusión en torno a lo que algunos entienden por trap en Argentina. Básicamente, como en 2019 cualquier rapero usa una paleta sonora sintética, le dicen trapero. Pero eso no es así. Está mal interpretado. El trap es lo que fue el gangsta rap. Es calle. Va más allá del sonido. Ahora aparecieron estos pibitos nuevos a tirar beef y decir que el trap no existe, que es únicamente algo estético. Quizás no exista para ellos, que se metieron en un terreno al que no pertenecían y, cuando el trap les mostró esa cara real, se bajaron. Para mí, si te vas a meter en algo, te tenés que bancar todo lo que viene aparejado con eso. El trap es un estilo de vida.

No es el estilo de vida que llevan ustedes…
Orodembow: No, pero hay gente de la escena en la que nos movemos nosotros que sí tiene ese estilo de vida. A mí me puede pasar que venga uno a grabar al estudio y deje el arma arriba de la mesa. No me divierte que vengan armados, pero sé perfectamente en dónde me metí. Y sé que la gente de nuestro círculo hace lo que dice. Vos no podés decir cosas que después no te vas a bancar hacer, porque hay gente que sí se la banca, y te podés topar con esa gente. Ese es el código.

0600: Obviamente también hay algo contradictorio. Nosotros estamos lejos de la calle, pero uno coquetea con la idea. Es como ser cineasta y hacer gore. Cuando yo trabajo con Neo Pistea me siento una herramienta para él.

La mayoría de los exponentes del trap argentino salieron de las batallas de freestyle en plazas. Ustedes tampoco estaban en la calle en ese sentido, ¿no?
0600: Para nada, yo nunca curtí freestyle, no tenía relación con eso. De hecho, antes de que se formara Modo Diablo, Neo me hablaba de Ysy y de Duki, y yo dudaba. Pero él me insistía: “Boludo, son ellos, vas a ver”.

No era tan fácil para Neo ver lo que podían dar Duki e Ysy en ese momento.
0600: Me acuerdo de ver a Duki e Ysy entre el público el día que presentamos el EP Oro y perfume con Neo en 2017, y estaban emocionados. Para ellos, Neo es Young Thug. Es el elegido. Y creo que, con ellos, Neo por primera vez sintió que había gente en la misma sintonía energética que él: gente con la que podía juntarse y grabar sin parar.

Orodembow: No sé bien desde qué lugar, pero Neo entendió todo. Y no solo en relación a Duki e Ysy: a mí, el hecho que me hizo respetarlo fue que haya decidido trabajar con él [ señala a 0600]. Acá la data siempre llega tarde, pero en esa época 0600 ya estaba sonando como afuera y nadie se daba cuenta. Me acuerdo de que él no tenía un peso, y yo quería hacerlo entrar a trabajar en la productora de música para publicidad en la que estaba yo, pero al mismo tiempo le decía: “Amigo, ojalá que nunca tengas que hacer esto. Ya vas a tener tu tiempo, te juro que tu sonido es lo que viene”. Hoy, el sonido más distintivo del trap en Argentina es el de 0660.

¿Qué tenía de particular ese sonido?
Orodembow: La repetición, lo trabado, lo duro, lo secuenciado. Además, usaba los bajos con un sonido muy clean, sonaban en tu cara. Era tan contundente que era súper comercial.

El beat de “Tumbando el club” debe ser el mejor ejemplo.
Orodembow: La semana pasada lo tocamos en el Barclays Center de Nueva York ante 20.000 personas y la gente decía: “¿Qué onda esto?”.

¿Qué vieron ustedes en Neo y esta nueva generación de raperos?
0600: Personalmente, yo venía escuchando mucho trap yanqui, y tenía ese anhelo de que en Argentina pasara algo así. Cuando escuché a Neo, pensé: “OK, acá hay algo”. Sentí que podíamos llevar el sonido a un lugar que todavía no se había explorado.

Después fuiste el DJ de la primera gira, cuando nació Modo Diablo…
0600: Claro, los boliches querían el show de Duki, pero él llevaba a Ysy y a Neo. Eso siempre me pareció muy noble. En el escenario, los pibes fluían, cada uno con su perfil: Eran como una boy band.

Orodembow: Los Power Rangers, cada uno con su color.

0600: Después de un show, un día les dije: “Loco, ustedes son los Migos”, y ahí nació lo de decirse “White Migos”. Ahí empezó Modo Diablo.

Orodembow: No paraban. La diferencia de edad que tenemos a mí me cambió por completo, estuvo muy bueno. O sea, los quise matar mil veces por distintos motivos, pero después vienen, te ponen cara de buenitos, te piden perdón, entran a la cabina y graban un tema de la concha de la lora. Entonces uno dice: “Esto vale la pena”. La vida vale la pena en esos momentos. Yo realmente me emociono cuando los estoy grabando y siento que están conectando con el beat. Por eso en “Vamo a darle”, Ysy dice: “Veo la cara del Oro bancando”. Porque yo lo escuchaba rapear y me volvía loco.

“Vamo a darle” es un house, e Ysy también grabó “Casi un G”, que es un beat de trance de 0600. Probablemente no podría haber hecho esos temas con otros productores.
Orodembow: Pero eso es virtud de él. Siempre quiere escaparse de lo normal. “Vamo a darle” la hicimos porque, un día, cuando ya estábamos terminando una sesión acá en el estudio, me dijo: “Tirame el instrumental más loco que tengas”. Y le puse un beat que venía trabajando para Coral Casino, mi banda, que no tenía nada que ver con lo que él había hecho. Se tiró un freestyle de cinco minutos y me quedé duro, no lo podía creer.

¿Y “Casi un G”?
0600: Fue muy parecido. A mí siempre me gustó mucho el trance, y estaba acá probando algunas cosas por ese lado. Entonces llegó Ysy, se lo hice escuchar y me dijo: “Sí, sí, tengo algo para esto”: Siempre tiene algo, no importa lo que le tires. Hay algo mega valorable en Ysy, y es que no le tiene miedo a nada. “Casi un G” y “Vamo a darle” no los podés hacer con otro. Hoy, en Argentina, es él. Yo no le pongo ese beat a nadie más.

Si Neo es el pionero e Ysy es el versátil, ¿quién es Duki?
0600: Duki es todoterreno. Es muy estribillero. Ha hecho un montón de estribillos melódicos muy catchys. Y siempre tuvo las ideas muy claras, nunca se le nubló el horizonte.

Orodembow: Yo creo que lo que tiene en claro es lo que no quiere. Es como si tuviera una sensación, un instinto, y se deja guiar por eso. En ese sentido, Ysy es demoledor, no duda, te va a destruir. Duki, en cambio, trastabilla, se golpea, y eso lo vuelve humano. Es vulnerable como Maradona. Se equivoca como vos y como yo, por eso lo querés. Lo perdonás y se vuelve a equivocar, y lo volvés a perdonar. No hay mucha gente que genere eso. En una industria tan prediseñada, es un milagro. De hecho, si vos lo querés diseñar, te manda a la concha de la lora sin importar quién seas.

En dos años, Duki pasó de la plaza a colaborar con Bad Bunny y J Balvin. ¿Todavía tiene lugar para crecer?
Orodembow: Yo creo que sí, aunque es difícil dar ese paso sin una organización de carrera mucho más consciente. Si querés que Drake se fije en vos, tenés que tener otro nivel de exposición. No alcanza con ser bueno.

Quizás por eso el primer argentino de esa generación en colaborar con una popstar internacional como Ed Sheeran fue Paulo Londra.
Orodembow: Sin ninguna duda. Paulo está jugando ese juego. Esa colaboración se arregló toda por mail, entre managers, estoy seguro. Por eso hoy Paulo está más cerca de hacer un tema con Drake o con Quavo que Duki. Pero Duki quiere llegar de otra manera. Él quiere ser el que le mande el mensaje a Quavo. Los dos caminos son válidos. Duki a Paulo lo respeta, porque freestyleaban juntos. Después, cada uno agarró por su camino.

https://www.youtube.com/watch?v=y3vObnNgwLc

Ahora que el pop se nutre tanto del trap, ¿ven una oportunidad para ustedes?
0600: No soy anti mainstream: creo que en la radio hay mucha música buena, y que es posible aportar algo ahí sin perder nuestro sonido. Pero no es un objetivo en sí mismo. Se tiene que dar. La verdad es que ahora estoy más concentrado en trabajar con raperos que me gustan, no tanto con productores. O, en todo caso, tengo ganas de que empecemos a producir más juntos con el Oro, como Oro600. A mí me parece mega brillante el manejo que tiene él del sampling, es genial. Y también creo que tiene un capacidad melódica tremenda en el terreno del soul y el r&b, que a mí me encanta pero estoy lejísimos. Como decía él antes, yo soy lo opuesto: soy dureza y técnica.

Cada uno tiene su color.
Orodembow: Y está bueno que nos gustemos, ¿entendés? A esta altura, ya trabajamos con todos los artistas de acá que nos gustan, y está bueno empezar a ver a quién más le podemos sacar el jugo ahora.

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