Camellos españoles nos cuentan cuáles son sus mayores miedos

Miedos_Camellos

Cuando entrevisté a tías que pasaban droga y les pregunté cómo era ser tías en la industria del menudeo algunas me hablaron de sus miedos. Miedos derivados de ser tía, como sentirse desprotegida en ciertas situaciones —tener que quedar a las 3 de la mañana en tu portal para pasarle dos pastillas a un tío desconocido que va ciego no es plato de buen gusto— o que las juzgaran más que a los tíos y miedos derivados de la ilegalidad de la actividad económica que les da sustento, más allá de los géneros.

Porque, como cualquier actividad perseguida por la ley, ser camello tiene sus riesgos. Y derivados de ellos vienen los miedos y los estigmas, que también dan miedo. Que sus familiares descubran que trafican con droga, no pasar buen material, que alguien se pase con la dosis, acabe jodido y el cargo de conciencia que eso acarrearía o tener demasiado a mano la droga son algunos de ellos, además de la omnipresencia de la amenaza policial. Estos son los grandes miedos y temores de los camellos.

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CAMELLO 1, 25 AÑOS, PASA PASTILLAS

“Cuando pasas hay muchos miedos, porque al fin y al cabo estás haciendo algo ilegal y a veces te encuentras en situaciones muy raras. Pero lo que más miedo me ha dado en general es que me pueda pillar la policía, sobre todo cuando cogía el género para llevarlo a casa, porque es mucha cantidad y puede ser un problema serio. Nunca me han parado ni registrado ni nada por el estilo, pero la posibilidad siempre está ahí. Una amiga mía se tiró dos noches en el calabozo porque la pillaron vendiendo hierba y no es plato de buen gusto para nadie. Seguramente sin antecedentes no pasaría nada grave, pero el disgusto y una buena multa no te los quita nadie.

Además, otra cosa que también me raya bastante es que a alguien le pueda pasar algo al tomar mis pastillas. No todo el mundo sabe cómo consumir con cabeza, y si a alguien le diera un chungo por algo que he vendido yo me sentiría muy responsable de la situación y básicamente fatal. Por eso siempre suelo indicar a mis clientes cómo hacerlo, les digo que no se pasen con la dosis y todo eso. Incluso una vez un chico que era menor quiso comprarme y me negué. Imagínate qué marrón si le sienta mal o se le va de las manos”.

CAMELLO 2, 27 AÑOS, PASA MDMA

“Los grandes miedos que tienes cuando pillas droga para venderla, que en mi caso es algo ocasional, lo hago solo cuando me hace falta pasta, son sobre todo cuatro. El primero es que lo que te pasen sea de buena calidad, por seguridad y por reputación. No es cómodo que la gente, especialmente si esa gente son amigos o conocidos, te eche en cara que les has pasado una mierda. Yo nunca pasaría algo que sé que no está bueno. Luego está que no te pillen con ella encima, especialmente cuando recoges el bulto y llevas tanta cantidad hasta tu base. Este es el momento más jodido sin duda.

Según la personalidad de cada cual y si consume o no, no consumir tanto como para que empiece a no salirte a cuenta pasar y acabes fundiéndote tú lo que has cogido para vender también es jodido. Al menos para mí. Como añadido, si vives en casa de tus padres, como es mi caso, también es una putada que descubran que pasas droga, así que ese es otro gran miedo, sobre todo si es bastante cantidad y se nota ya que es para pasar en lugar de para consumo —si ya está en paracas o en bolsitas—.También que se venda rápido, porque tenerlo mucho tiempo implica poder tomar más, tenerla más a mano, además de pedir dinero si dependes de esos ingresos”.

CAMELLO 3, 25 AÑOS, PASA MARIHUANA, HACHÍS Y A VECES SPEED

“Mi principal miedo cuando empecé a hacerlo y vivía en casa de mis padres era que me pillaran. Vivía en un pueblo pequeño y más allá de la policía o la Guardia Civil, el temor era ese: que mis padres, familiares o amigos que no lo sabían se enteraran de lo que hacía y me juzgaran por ello. Cuando me fui de su casa y del pueblo lo que me preocupaba se centró más en el tema legal, en qué me podía pasar si me pillaban con droga encima.

Además, las deudas te hacen sentir muy inseguro si dependes económicamente de pasar, que era mi caso en algunas ocasiones. Al fin y al cabo esto es un trabajo, y si ese trabajo no está, tampoco está el sustento y vives mal. También está ahí la preocupación de engancharte, o de ir a consumir más, o más cantidad de una sustancia que ya consumes, o más sustancias porque estás metiendo en ese mundo, porque te da más dinero cada vez y cada vez lo tienes más cerca”.

CAMELLO 4, 31 AÑOS, PASA MARIHUANA Y COCAÍNA, “PERO SI CAE EN SUS MANOS OTRA COSA, PUES OTRA COSA”

“A mí cuando empecé me daba mucho miedo el móvil, que me pillaran con conversaciones, todo el rollo relacionado con la discreción, pero a medida que fue avanzando el tiempo me fueron dando miedo otras cosas y en eso me relajé más porque nunca me ha pasado nada. Que te pille la Guardia [Civil] con la droga cuando la pillas al por mayor a otro, sobre todo si vas en coche, cosa que yo evito, o pasándola si lo haces en la calle es un miedo que siempre está ahí. Yo creo que es el mayor temor que tenemos todos los que menudeamos, por eso yo siempre intento que la gente, sobre todo si es gente que conozco más o menos, venga a casa.

Pero ahí nace otro temor que son los vecinos, que vean raro que entra mucha gente a casa, que suben y que bajan rápido, que quedas en el portal a horas extrañas con “colegas”… eso ralla bastante. Yo por ejemplo me llevo muy bien con todos mis vecinos, pero pienso bastante en que igual alguno algo se debe oler y no me gusta. Como añadido, a mí me jode más que me da miedo, pero bueno, el hecho de tener tanto dinero en efectivo porque siento que lo gasto más fácilmente, que lo controlo menos, llevarlo a ingresar es un coñazo… Aunque también es verdad que con el tiempo he aprendido a hacerlo y que aunque ahora con Bizum y otras aplicaciones de ese palo está más solucionado. Los que lo inventaron seguro que no se imaginaban este uso”.

CAMELLO 5, 22 AÑOS, PASA MARIHUANA Y HACHÍS

“Para mí los peores momentos son, sin duda, cuando pillo la hierba y la transporto hasta mi casa. Es jodido porque lo más seguro es hacerlo en transporte público, te evitas los posibles controles de carretera, pero claro, también tienes que tener cuidado porque huele.

También me da miedo acostumbrarme a trabajar en esto, acomodarme y no salir de ello, porque es una manera fácil de ganar dinero pero también peligrosa. Lo empecé a hacer para pagarme mis gastos durante la carrera y me propuse dejar de hacerlo cuando acabara, pero la terminé hace un mes y, de momento, no he dejado de pasar. Me da la sensación de que es como un bucle y me da miedo que así sea, que no encontrar curro o la precariedad me hagan hacerlo durante mucho tiempo”.

Sigue a Ana Iris en @anairissimon.

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