Odio Triple – Parte 2

Una ceremonia de la cruz encendida que tuvo lugar cerca de Tupelo, Mississippi, a finales de marzo, después de un mitin del Ku Klux Klan en Memphis, Tennessee, organizado para protestar por el cambio de nombre de tres parques de la ciudad construidos en honor de la confederación. Es una “cruz encendida” y no una “cruz ardiendo” porque estos hombres del Klan “no queman, sino que encienden la cruz, lo que significa que Cristo es la luz del mundo”.

Desvelado en 1905, el News-Scimitar de Memphis informó de que el monumento a Nathan Bedford Forrest (o NBF), esculpido con maestría, “permanecería durante eras como el emblema de un estándar de virtud”. Y hoy parece que la profecía del periódico era correcta, salvo quizá la parte de la “virtud”. En 2013, “ese demoníaco Forrest”, como le bautizó el general unionista William T. Sherman, sigue galopando encima de una cresta de Tennessee sobre su corcel, levantando polvareda en una ciudad con relaciones raciales históricamente tensas.

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Baldosas de granito rosa y modestas lápidas de bronce con aspecto de placas decorativas rodean la escultura. El general Forrest y su esposa, Mary Ann Montgomery, están enterrados debajo. El apodo más celebrado de NBF, al menos en algunos círculos, es el de “Mago de la silla de montar”, un sobrenombre al que se hizo acreedor por su asombroso talento ecuestre en batalla y uno que trae a la cabeza el que es actualmente el rango más alto en el KKK: el “Mago Imperial”.

La última controversia que rodea al parque y la estatua alcanzó su máximo pico a comienzos de febrero, cuando el consejo de la ciudad de Memphis votó por unanimidad cambiar el nombre de Parque Forrest por el de Parque de Ciencias de la Salud (en el momento de ir este artículo a imprenta, una comisión especial sigue en proceso de decidir el nombre definitivo), en concordancia con el centro de estudios médicos de la Universidad de Tennessee que lo rodea. Otros dos parques de Memphis –el Parque Confederado y el Parque Jefferson Davis, llamado así en honor del presidente de la Confederación– fueron también rebautizados por el concejo municipal, razonando que eran recordatorios con fondos públicos de una era que la mayoría de residentes de la ciudad, un 63 por ciento afroamericanos según el censo de 2010, podía considerar ofensiva y desagradable.

Poco después de la decisión del concejo municipal, un hombre que se identificó como el Exaltado Cíclope Edwards anunció que su división de los Caballeros Blancos Leales del Ku Klux Klan planeaba una multitudinaria manifestación de protesta por el cambio de nombre de los tres parques. “No vamos a ser 20 ó 30”, le dijo a la cadena WMC-TV, filial de la NBC. “Van a ser miles de hombres del Klan llegados a Memphis, Tennessee, desde todo Estados Unidos”. Más tarde, ese mismo mes, la ciudad concedió a los Caballeros Blancos Leales permiso para un mitin público que se llevaría a cabo el 30 de marzo en la escalinata del palacio de justicia del condado, en el centro de Memphis, un día antes de Pascua y cinco antes del 45o aniversario del asesinato del Dr. Martin Luther King Jr. en el motel Lorraine.

Para los habitantes de Memphis, era una situación siniestra- mente familiar. El 17 de enero de 1998, unos 50 miembros del KKK celebraron en ese mismo palacio de justicia un mitin que era, según dijeron, un intento de proteger su “herencia” en lo prolegómenos del MLK Day [el Día de Martin Luther King] y el trigésimo aniversario de su asesinato. Superados en número por los antimanifestantes, los vitriólicos discursos del Klan provocaron una pequeña revuelta que degeneró en saqueos y en el indiscriminado lanzamiento de gas lacrimógeno por parte de la desbordada policía.

Un autoproclamado miembro de los Grape Street Crips pare- ció tomarse muy en serio la amenaza del Klan de regresar a su ciudad. Tras el anuncio del planeado mitin, DaJuan Horton, de 20 años, colgó un vídeo en YouTube en el que declaraba estar organizando un consorcio de bandas locales –algunas de ellas rivales– para unirse y mostrar su descontento el día del mitin. Los medios locales y nacionales se mostraron de repente muy interesados en el inminente acto, provocando histerismo entre sectores muy distintos de la ciudad.

“Van a venir a Memphis, Tennessee… donde Martin Luther King fue tiroteado”, dice DaJuan en el vídeo. “¿Vais a venir aquí para reuniros a fondo, muy a fondo, por emplear mi lenguaje, sólo para hablar? No, no es así como va a suceder. Cuando vengáis a Memphis, Tennessee, nos vamos a manifestar delante de vosotros, y van a ser el Young Mob, los Crips, Bloods, GDs, Vice Lords, Goon Squad… Hablo con ellos por teléfono todos los días. Hablo con los jefes, los peces gordos. Estoy hablando con el Bill Gates de la guerra de bandas. Si venís a Memphis, os estaremos esperando. Las cosas están versátiles por aquí. Tenemos a cada banda que se os ocurra; tenemos a toda la puta pandilla. Traed vuestros culos”.

¿Había la decisión del concejo de rebautizar el parque incitado un potencial enfrentamiento entre el que muchas agencias policiales califican como el más antiguo grupo terrorista de América, y una mega-alianza de las bandas más violentas del país? ¿O estaba tratando el Klan de conservar algo de relevancia en una era en la que las relaciones raciales han progresado hasta el extremo de haber elegido por segunda vez a un presidente negro? Viajé a Memphis una semana antes del mitin para hablar con todos los involucrados y averiguarlo.

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