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La bebida que ‘te pone alegre sin provocar resaca’

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Para muchos, tomar un tarro de deliciosa cerveza helada es uno de los grandes placeres de la vida.

Eso es, hasta que beben mucho más que solo un tarro. Entonces se sienten absolutamente mal al día siguiente, atormentados por una aversión a la cerveza y pérdida de memoria, y entran en ese estado casi de fuga disociativa que hace que sea muy difícil usar adecuadamente cualquiera de sus extremidades. Este parece el momento ideal para mencionar que, según la Organización Mundial de la Salud, el alcohol es responsable de 3 millones de muertes al año en todo el mundo.

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Pero, ¿y si todo eso pudiera desaparecer? ¿Qué pasaría si una droga no tóxica ni adictiva pudiera mantenerte en ese punto óptimo en el que de repente te vuelves realmente bueno conversando, jugando a los bolos o en el karaoke? (Por cierto, este punto se encuentra en algún lugar entre los dos y tres tarros de cerveza: cuando ya decidiste no irte a casa de inmediato, pero aún estás a unos tarros de emborracharte en una noche de trabajo).

El profesor David Nutt, un destacado psicofarmacólogo, ha trabajado durante 30 años en reducir los daños del alcohol .

“Yo diría que el alcohol es la droga más dañina para la sociedad”, me dijo a través de Zoom. “No creo que haya una sola familia en la tierra que no se haya visto afectada por la bebida o en la que uno de sus seres queridos no haya sufrido algún daño debido a alguien que haya estado borracho. Es una de las principales causas prevenibles de presión arterial alta: debido al alcohol mueren más personas por hipertensión, pues causa accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos, que por cirrosis”.

Hace unos 15 años, el profesor Nutt decidió que en lugar de tratar de mitigar los daños que provoca una sustancia tóxica, sería mejor crear una versión no tóxica de la misma. Esto lo llevó a sintetizar un compuesto llamado Alcarelle, una alternativa no dañina al alcohol que supuestamente brinda los efectos positivos del alcohol —sentirte conversador, relajado y sociable— sin los negativos, como volverte agresivo y tener lagunas mentales y resaca.

Nutt dice que sabe que la sustancia funciona porque la ha probado en él mismo. Pero debido a que es un “químico sintético novedoso”, debe pasar por rigurosas pruebas de seguridad, que tomarán dos años y costarán alrededor de 27 millones de dólares.

Mientras tanto, ha desarrollado un licor sin alcohol llamado Sentia. Este proyecto paralelo desarrollado para la empresa de Nutt, GABA Labs, tiene como objetivo principal recaudar capital para ayudar a llevar Alcarelle al mercado, y también para presentar al público en general la idea de consumir alternativas al alcohol.

Puedo ver por qué querría hacer eso: me enviaron algunas muestras para probarlo, y no pude evitar sentirme escéptico. ¿Realmente puede una bebida botánica embriagarte?

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Foto: Simon Doherty

“El alcohol incide en distintos sistemas receptores [del cerebro]”, me explicó Nutt vía Zoom. “En los niveles más bajos del cerebro, funciona a través del sistema GABA. Ahora sabemos que hay 15 receptores GABA diferentes en el cerebro y que controlan cosas diferentes. Decidimos que nuestro blanco [con Sentia] fueran los receptores que controlan la sociabilidad y la relajación, que están en las partes frontales del cerebro, y eludimos los receptores que causan problemas, como inestabilidad, caídas, irritabilidad, ira y resaca”.

Para crear Sentia, Nutt y el equipo de GABA Labs buscaron en miles de bases de datos y “encontraron varias hierbas que producen sustancias que inciden en el sistema GABA”, además de otras hierbas que aceleran su absorción. La razón por la que los ingredientes no entran en el marco de la Ley de Sustancias Psicoactivas es porque han sido aprobados durante mucho tiempo como alimentos o complementos alimenticios.

“Terminamos desarrollando este cóctel: cuatro hierbas que producen sustancias similares al neurotransmisor GABA, tres o cuatro hierbas que llegan al cerebro más rápido y el colorante”, explicó Nutt. “Usamos moras, que son un buen colorante, pero además facilitan la absorción de sustancias en el cerebro”.

Un inconveniente inmediato es que Sentia no es barato. A 41 dólares por 500 ml (el tamaño de una botella de agua estándar) o 20 dólares por 200 ml (menos de lo que contiene una lata de Coca-Cola), cuesta aproximadamente lo mismo que un licor de alta gama. Aún así, abrí una botella y vertí una medida de 25 ml sobre hielo. Tenía un aroma un poco similar a un popurrí de rosas o un spray ambientador, pero sabía mucho mejor que eso: un sabor inicial dulce, herbáceo y amaderado, con un toque picante, como una cruza entre un Bloody Mary y un vino especiado.

Unos diez minutos después, me sorprendió descubrir que comenzaba a sentir algo. No era comparable a estar ebrio, fue más como tomar medio tarro de cerveza o fumar un pequeño porro de hachís; un embriagante suave, pero embriagante de cualquier modo. No puedo decirles con certeza si se trató del famoso y perverso efecto placebo, pero me sentí notablemente más relajado. Mi estado de ánimo mejoró y, en general, me sentí más a gusto.

Para poner a prueba mis piernas, intenté hacer los ejercicios de una prueba de sobriedad en la carretera, al estilo estadounidense: caminar en línea recta, tocarse la nariz y pararse sobre un pie. Como quizás era de suponer, pasé con gran éxito.

Para ver si podía subir la apuesta, a continuación me serví una buena porción en las rocas, varios shots y dos medidas mezcladas con agua tónica, pero nada de eso tuvo ningún efecto perceptible en cómo me sentía. Para quienes consumen alcohol para olvidar sus problemas, eso probablemente sea una desventaja; para aquellos que quieren un poco de lubricación social sin tener que sufrir las consecuencias a la mañana siguiente, es todo lo contrario. Hablando de eso, no tuve resaca al día siguiente.

Existen otros productos libres de resaca en el mercado, pero muchos siguen conteniendo alcohol, el cual es dañino en sí mismo. Este desarrollo, junto con el crecimiento del mercado de bebidas alcohólicas sin alcohol, se produce cuando la industria del alcohol se encuentra en una encrucijada: hay muchos bebedores empedernidos de edad avanzada, pero una cantidad considerable de jóvenes se está olvidando cada vez más de las noches de borrachera.

Según Nutt, la industria de las bebidas alcohólicas ha puesto atención a su invención; después de todo, si las alternativas psicoactivas no tóxicas al alcohol despegan, es posible que se conviertan en la droga elegida por algunos de los jóvenes antes mencionados, lo que podría hacerles perder muchos ingresos. “Al principio, creo que la industria del alcohol tenía sus suspicacias”, dijo Nutt. “Un par de empresas se acercaron a nosotros y nos dijeron: ‘¿Podemos comprarlo?’. Pensamos que lo querían comprar para deshacerse de él, así que les dijimos que no”.

Si todo va según lo planeado y la invención de Nutt realmente tiene el efecto deseado, las empresas de bebidas alcohólicas podrían terminar invirtiendo en Alcarelle del mismo modo que algunas empresas tabacaleras invirtieron millones en productos de vapeo. ¿Por qué? Porque las alternativas psicoactivas al alcohol tienen el potencial de cambiar la industria de las bebidas como nunca antes.