El choker no es tan noventero como pensabas


Foto por Andrés Sierra. Choker de: NON YOUTH

Tras la época del Terror en Francia, a finales del siglo XVIII, los parientes más jóvenes de los enemigos de la revolución —que habían sido decapitados en las guillotinas— comenzaron a frecuentar fiestas orgiásticas para olvidar su trauma colectivo. O por lo menos eso decían algunos periódicos. Los Bals des victimes(“bailes de las víctimas”) son un fenómeno semiapócrifo pero, a pesar de las dudas de los historiadores, yo prefiero creer que fueron reales. Suenan como algo demente y razonable a la vez; una respuesta apropiadamente salvaje y catártica a la muerte de todos esos amigos y familiares aristócratas.

Los Bals de victimes también proporcionan una historia de origen a ese accesorio ubicuo de 2016: el choker. Según se dice, las mujeres jóvenes iban a los bailes con una cinta roja amarrada al cuello en tributo a sus parientes decapitados.

Videos by VICE

Fotografía por Angelo Penetta.

Ahora que sabes esta mórbida historia, revisa tu Instagram. El mío está lleno de chicas con lazos negros alrededor de la garganta. Se ven en varias formas: una cinta delgada que se amarra con un moño, una franja gruesa de terciopelo o un collar de perro en cuero y con hebilla. Hay algo intrínsecamente provocador en cada versión, incluso cuando rodea los cuellos de mujeres como Lily-Rose Depp o Gigi Hadid. De hecho, quizá por coincidencia, quizá no, Depp instaló una guillotina en su fiesta temática de 16 años de la Revolución Francesa. Al menos diez invitadas aparecieron con chokers.

La asociación del choker con las decapitaciones datan de más atrás. En el retrato más famoso que hay de Ana Bolena, la reina aparece luciendo un collar de perlas muy apretado al cuello, con una letra “B” dorada que le cuelga entre las clavículas. Poco después de que hubiera quedado listo este cuadro, Ana Bolena fue decapitada por cargos que incluían brujería y adulterio.

Retrato de Ana Bolena. Foto tomada de Wikipedia.

Más de 450 años después, en el B-side “Old Age”, de Hole, Courtney Love cantó: “Alguien dígale a Ana Bolena que los chokers volvieron a estar de moda”. La canción es un cover de un tema de Nirvana que lleva el mismo nombre, pero fue reescrita por Love como lamento a las concubinas olvidadas y la persecución a la sexualidad femenina. También hizo de 1993 un año de chokers. (Como muchas de las heroínas del grunge, la bajista de Hole, Melissa Auf der Maur, solía acompañar sus camisetas con un delicado cordón negro alrededor del cuello). Las letras de Love también hablan del regreso del collar de Bolena como un símbolo de resistencia femenina atemporal.

El

Olympia de Édouard Manet. Foto tomada de Wikipedia.

choker siempre ha significado tanto persecución como poder. En Olympia, de Édouard Manet, una de las representaciones más polémicas de la historia del arte occidental, la modelo Victorine Meurent acompaña su desnudez con una cinta negra en el cuello y mirada de “¿puedo ayudarte?”. Los críticos arremetieron contra la pintura cuando se inauguró en el Salón de París en 1865. Sus quejas no tenían nada que ver con la desnudez de Olympia (que era común en esa época para representar a deidades griegas), sino que eran motivadas por la humanidad de Meurent y el poder de su mirada. A finales del siglo XIX los chokers representaban la prostitución en Europa, y Manet retrató a una mujer portando su sexualidad con orgullo alrededor del cuello.

Otras figuras icónicas que han utilizado chokers: las brujas adolescentes de The Craft, Natalie Portman en Léon: The Professional, Uma Thurman como Mia Wallace en Pulp Fiction. Y no sólo fueron mujeres de los 90. El choker también tuvo su auge en la década de los 70. Sex, la legendaria tienda de Vivienne Westwood y Malcolm McLaren, introdujo los collares de cuero del BDSM a una cultura más amplia y joven, y ahí han permanecido desde entonces. Haciéndole un guiño al icónico referente del punk, Westwood lanzó hace poco un choker dorado con las letras “S-E-X” en mayúsculas sostenidas. Ninguna otra palabra explicaría mejor el poder duradero del choker.

Ya sea que se trate de una de las creaciones de Phoebe Philo para Céline, o de un collar dorado que defina el espacio entre la cara y las tetas de Kim Kardashian, el choker siempre evocará una peligrosa mezcla de sexualidad, empoderamiento y sumisión. ¿Qué otro accesorio logra todo eso?

Este artículo fue publicado originalmente en i-D, nuestra plataforma de moda.