Instagram te puede ayudar a estudiar
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Instagram te puede ayudar a estudiar

Los deberes son una mierda, y estudiar exámenes tipo test es imposible. Por no decir lo difícil que es hacer un hueco en la agenda con la vida social del instituto o la universidad. Los obstáculos que tienes que superar solamente para concentrar el poder de tu cerebro de adolescente que emplearías en lo que de verdad te apasiona —como los videojuegos o los líos amorosos de los famosos— parecen infranqueables.

Pero ¿y si el universo se hubiera vuelto loco y decides no pasar de los deberes para salir con tus amigos? ¿Y sí en vez de quedarte viendo la tele hasta altas horas de la madrugada les pidieras permiso a tus padres para quedarte despierto hasta tarde para poder… estudiar? Podría ser el caso si tu verdadera pasión fuera hacer deberes… y así es para los estudiantes que hacen studygrams.

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Los studygrams son fotos inmaculadas de apuntes que se publican en Instagram y constituyen una muestra más de que esta plataforma puede paliar cualquier dolor —incluso el que causan los deberes o el estudio— de la monótona vida cotidiana. Jóvenes de todo el mundo comparten artísticos apuntes de biología y calendarios bien organizados.


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No todos los que forman parte de la comunidad studygram tienen los mismos objetivos. A algunos les encanta hacer apuntes bonitos para que no sean tan aburridos, para otros es una afición, y otros muchos hacen tutoriales y ejemplos de uso de bolígrafos de colores que pueden ayudar a los más procrastinadores.

Natalie (@mochistudies), estudiante de diseño de 16 años de Singapur con más de 35.000 seguidores, dice que el atractivo se puede conseguir con “una escritura clara, encabezamientos y dibujos llamativos y un bonito esquema de colores”.

Para Abby Santana (@abby.studies), universitaria de la República Dominicana, la comunidad va de interactuar con gente que está pasando por lo mismo que tú en la escuela y viceversa. “La mayoría de perfiles publican contenido sobre distintos métodos de optimizar el proceso de aprendizaje”, explica.

Al contrario que otras comunidades de Instagram, como la del maquillaje, con montones de empresas patrocinadoras, o la del “blandiblú”—una masa viscosa también llamada slime—, que básicamente es un círculo de comercio clandestino más intricado que el negocio de la droga, la comunidad #studygram parece sacar provecho del éxito personal.

Muchos estudiantes, como Yan (@ohlookimstudying), de 17 años y originaria de Malasia, que tiene más de 16.000 seguidores, no tienen ningún interés en sacar un provecho económico de ello.”¡Mi objetivo al crear estas cuentas nunca fue el de hacer dinero o tener tantos seguidores! Administrarlas me ha hecho ser mucho más positiva, y no veo ninguna necesidad de sacar dinero de ello”, dice.

Para Emma, que lleva la popular cuenta @emmastudies, con 139.000 seguidores, el hecho de crear estas publicaciones ha cambiado sus hábitos completamente. “Mi perspectiva sobre la educación y el estudio ha cambiado radicalmente. Soy una persona mucho más entregada y valoro mucho más el aprendizaje desde que dirijo la cuenta”, dice la estudiante de Comunicación de Australia.

Esta rebelde comunidad de moda está en el extremo más dócil de la escala de angustia adolescente, pero la norma sagrada de no explicarles a tus padres los detalles de tu vida sigue en vigor.

David (@woahstudying), estudiante de 17 años de Texas, dice, “No les he explicado ni a mis padres ni a mis profesores que tengo la cuenta porque no me comunico mucho con ellos”. Natalie (@mochistudies) está de acuerdo en que nunca hablaría con ningún adulto de la existencia de la cuenta. “No me siento cómoda compartiendo mi trabajo y mis publicaciones con mis padres. ¡No sé muy bien por qué!”, explica. Los adolescentes también se han sumado a la regla de estar un poco a la defensiva y ser poco claros cuando les preguntan por sus secretos. Y yo respeté sus límites.

La comunidad studygram es una oda universal a los cuadernos con apartados de colores, pero las cuentas principales parecen escribir todas en inglés, y me sorprendió ver lo internacional que es. Yu Ke (@literaturs), estudiante de 17 años de Singapur, explica, “El chino es mi primera lengua, pero uso el inglés porque en internet es una lengua universal”.

Este tipo de publicaciones no son solo para un tipo concreto de estudiante o persona, lo que las convierte en perfectas cartas de amor (escritas con buena letra) dirigidas a un extraño lado positivo de internet. “Creo que todos necesitamos inspiración para hacer aquello que nos parece difícil. Si embelleces lo tedioso, como los apuntes, haces que el proceso sea más divertido. Ya no lo interpretas como trabajo, sino como una pieza de arte”, dice Abby.

No es una simple moda, esta comunidad usa una plataforma dirigida por adolescentes y en la que se inspiran aquellas personas que necesitan motivación para ser productivas (¡como todos!). Quizá si hacer la declaración de la Renta y ser buenas personas fueran las próximas tendencias de los adolescentes en Instagram, todos estaríamos más dispuestos a hacerlo. Hasta entonces, ayudándonos a organizarnos por colores y a preparar listas de tareas, la juventud de internet ya ha contribuido a hacer el mundo un lugar un poco mejor simplemente haciendo los deberes.