UNAS JUDÍAS FRENÉTICAS

Lo que más me sorprendió de la ópera prima de Carlos Vermut fue descubrir que mi compañero de butaca  aparecía en pantalla sirviéndole un cóctel a Miguel Noguera, que interpreta al creador de los monigotes Charly y Procket. Después de esa finta traicionera, lo siguiente que más me sorprendió fue la música. Porque sin ella las imágenes serían menos imágenes . Y eso que las de Diamond Flash son la clase de imágenes que se sientan en tu regazo y, cuando estás relajado, te asestan un golpe seco en la nariz. Carlos, que ya nos cameló con sus tebeos  y cortos  , se ha prestado a desgranar para nosotros las melodías de su película . Se ha prestado. Cuando acabes de leer esto, lo tendremos que devolver a su casa.

Créditos iniciales: Say It No More –  Simon Gale and his music.

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Originalmente, Say it no more es la música de la carta de ajuste de la televisión inglesa de los años sesenta. Lo tuve bastante claro desde el momento en que la escuché. Por azares del destino, el ritmo ha encajado perfectamente en los créditos finales y se ha convertido en el tema bandera. Tiene un toque melancólico y dramático que se ajusta perfectamente a la esencia de la película. Al escucharla me imaginaba historias de mujeres despechadas, desesperadas… Al terminar de escribir el guión me ponía este tema en bucle, una y otra vez, mientras caminaba por la calle. Y me imaginaba las escenas que aún tenía que rodar. Me parece un tema muy potente y sería incapaz de escucharlo sin pensar que forma parte de la película.

La búsqueda: AAF 

Durante la secuencia de la búsqueda de Violeta, quería comenzar con una música desconcertante. Algo que alejase al espectador del momento angustioso de la madre que busca a su hija por las calles, para que luego comprendiese el porqué de tal música.  Soy un gran aficionado a la música 8 bits, supongo que porque soy un gran aficionado a los videojuegos.

Cocinando: Rompehielos  – Los Eterno

Con Rompehielos también lo tuve bastante claro desde el principio. Los primeros acordes de la canción tienen un punto malsano, casi de película de terror, que me llamó mucho la atención. Precisamente porque posteriormente se va transformando en otra cosa, casi de ciencia ficción. Opté por utilizarla como música de fondo para la secuencia en la que Elena cocina judías porque la dota de un ritmo casi de película de acción. Unas judías frenéticas.

El bar: Terracota –  Los Eterno

Terracota funciona como una atmósfera maravillosa. No quería que en el bar sonasen una o varias canciones reconocibles. Pero tampoco quería meter música ambiental. Sin darte cuenta, -y supongo que esto tiene algo de la magia de la improvisación- el tema de Los Eterno acompaña la acción de los personajes de manera milimétrica. Tiene algo de lugar sórdido y perdido que me encanta. Hay un momento en el que las notas comienzan a sonar de manera descontrolada que me parece tremendo.

Juana: Lachrimae Pavan compuesto por John Dowland e interpretado por Per-Olov Kindgren

Lachrimae Pavan es un tema precioso que acompaña uno de mis momentos preferidos de la película. Quizá sea el tema que más me emociona y me encantaría volver a utilizarlo, a lo mejor en algunos títulos de crédito. Este tema lo escogí pensando en el personaje de Juana, probablemente el que más ternura me inspira de toda la película. Y el que más pena me da.

Lola: Air on a G String   Compuesto por Johann Sebastian Bach e interpretado por Per-Olov Kindgren

Archiconocido tema de Bach. Lo elegí pensando en el personaje de Lola, la pareja de Juana. La elección era bastante fácil. Mientras que Lachrimae Pavan es un tema complicado y bastante desconocido, todo el mundo conoce Air. Todos la podemos tararear en nuestra cabeza y nos sentimos cómodos con ella. Es una melodía familiar, incluso sencilla, pero que esconde una gran complejidad. Exactamente lo que sucede con Lola, con la que todo el mundo se puede sentir identificado debido a su carácter más cercano y aparentemente dulce.