Jóvenes españoles nos explican cómo viven la multiculturalidad
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ESPAÑA

Jóvenes españoles nos explican cómo viven la multiculturalidad

Viven en Madrid. Son de orígenes étnicos, culturales y sociales diferentes y nos cuentan cómo les ha afectado vivir en una sociedad que todavía se empeña en separar las culturas.

En pleno S.XXI todavía existen grandes diferencias entre etnias y razas a lo largo y ancho del planeta. Diferencias que van desde las características físicas hasta las más profundas que tienen un carácter sociocultural, como pueden ser las creencias religiosas, pasando por algo tan superficial pero a la vez tan significativo e importante a la hora de conformar una identidad como es la ropa o el estilo asociado a cada una de estos grupos humanos.

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En el día a día, ya sea en una situación cotidiana, en la televisión, en internet o en los periódicos que aún quedan en papel, vemos como todavía existen personas —e incluso gobiernos de primeras potencias mundiales— que creen que su raza, su cultura, en definitiva, su grupo, está por encima del resto. Pretender esconder la cabeza y apartarse de un mundo en constante cambio en el que existen infinitas posibilidades de enriquecerse con lo que es diferente a nosotros no sólo no es posible sino que además hace que nos perdamos una parte importante de nuestra experiencia vital.

Sesinou y Fernando

Da igual en qué lugar naciste, dónde te has criado y en qué sitio vives ahora. Debería darnos igual cual sea tu raza, etnia o cultura de origen y cual es la de los lugares por los que has ido pasando. Todo ello se puede convertir en una experiencia más que te enriquezca y por tanto en el fondo cualquiera puede adaptarse a una u otra cultura, sea cual sea a la que llega, sea cual sea la que la recibe.

Los jóvenes hablan mucho del concepto de "apropiación cultural" y me parece un gran error tener limitaciones a la hora de enriquecernos de otras culturas. Lo que tenemos es mucha suerte, porque no nos damos cuenta de lo positivo que serán para las generaciones futuras la mezcla de todas esas experiencias. Deberíamos cambiar "apropiación cultural" por "apreciación cultural".

Con la ayuda de África, una estilista viguesa de 20 años, me decido a juntar a varios jóvenes de diferentes orígenes étnicos, culturales y sociales que viven en Madrid para que compartan cómo viven la multiculturalidad, qué les ha aportado y cómo les ha afectado criarse en una sociedad que todavía no la ha normalizado.

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Sung Pil Choi y África

Decidimos vestir a nuestros seis protagonistas con ropa tradicional o étnica de sus respectivas culturas y a continuación intercambiamos todos los estilismos. El resultado es impactante.

La sesión de fotos se convierte sin querer en un experimento social del que ni ellos ni nosotros éramos conscientes. "Lo más interesante y sorprendente fue escuchar sus opiniones, nos dimos cuenta de que todos estaban de acuerdo en lo mismo: les gustó más verse a sí mismos con prendas típicas de otras culturas en vez de con las suyas, todos expresaron que se sentían más cómodos y más guapos", reflexiona África.

Abrimos el debate sobre la identidad cultural. ¿Renegamos de ella por el mismo sentimiento que experimentamos hacia nuestros padres? ¿Qué factores nos condicionan realmente? ¿De qué forma convergen esta identidad y las tendencias sociales?

De izquierda a derecha: Sung Pil Choi, Fernando y Cheikh

Sung Pil Choi

Me llamo Sung Pil Choi, tengo 20 años y estoy estudiando ingeniería informática en Madrid. Nací en Corea del Sur y me vine a España cuando tenía 7 años. Hablo coreano, escucho música coreana, me alimento de comida coreana en casa… pero a pesar de ello, mi forma de hablar, de pensar y de actuar digamos que se han "españolizado".

Soy una mezcla de dos culturas y sociedades totalmente diferentes que a pesar de sus diferencias, he conseguido compaginar distintas costumbres y tradiciones de ambas. Esta claro que en la sociedad actual hay una mezcla de etnias y culturas —eso a lo que suelen llamar multiculturalidad— pero la gente se empeña en separar las culturas en grupos a las que se les atribuyen diferentes prejuicios y estereotipos. Cuando ves una película o alguna serie, los personajes de diferentes razas dan una imagen estereotipada sobre su cultura. Los medios de comunicación, los diferentes contenidos multimedia, nos han inculcado desde que éramos pequeños todos estos estereotipos raciales.

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Muchas veces con este tipo de valores y prejuicios, me he visto juzgado por todo tipo de chistes racistas sin ningún sentido por ser de una raza asiática. Que si me gustan las matemáticas.. Que si como carne de perro, que si soy muy trabajador… No por ser asiático me tienen que gustar las matemáticas porque eso depende de los gustos de cada uno y no por la etnia o cultura de cada uno. La carne de perro se comía en mi país cuando Corea aún era un país pobre y no había suficiente alimento, solo se trata de una comida tradicional que ya en la actualidad casi nadie se alimenta de esto.

También encontramos dentro de nuestras culturas tradiciones como la vestimenta tradicional que los medios utilizan para identificar a menudo la representación superficial de éstas, pero esto no deja de ser una representación de lo que significan nuestras raíces en nuestro país. Por ejemplo, no por ser japonés vas a ir vestido a clase en kimono ni por ser madrileño vas a ir siempre vestido de chulapo. Cada persona se adapta a las tendencias actuales y a sus gustos personales, creando así las diferentes formas de vestir que reflejamos muchos de nosotros.

En mi opinión creo que muchas veces las sociedades dificultan la integración de otras culturas en sus países y creo que todas esas barreras se deberían de eliminar para que poder aprender unos de otros y mejorar.

De izquierda a derecha: Fernando, África, Sesinou, Cheikh, Cha Cha y Sung Pil Choi

Fernando

Mi nombre es Fernando. A mis 20 años presencio el día a día desde los ojos de alguien que, a pesar de haber nacido en Madrid, ha vivido distintas etapas de su vida en diferentes localizaciones. La gente joven que compone parte de la sociedad es tan diferente que me hace reconocer que la diversidad cultural es cada vez más amplia.

Así mismo, noto que a medida que pasa el tiempo, la adaptación a las diferentes culturas que conviven en la ciudad es más grande y eso es algo que me alegra. A su vez y desgraciadamente, también hay que aceptar que más allá de las grandes ciudades la adaptación es, en ocasiones, prácticamente inexistente, por lo que en ese aspecto aún queda mucho por evolucionar.
Es cada vez más fácil ver grupos compuestos por diferentes etnias. Tampoco cuesta ver a grupos de una misma etnia adquirir las costumbres de cada uno que no le corresponden.

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Mi opinión no es la más indicada para opinar sobre esto, pero señalándolo solo pretendo hacer ver que quizás alguien que comparte mi lugar puede estar apropiándose de algo que no son sus raíces.

De izquierda a derecha: África, Cha Cha, Sesinou

Sesinou

Mi nombre es Inmculada García, bueno ese es el nombre que tengo traducido al español porque mi nombre real y profesional es Sesinou Henriette. Tengo 19 años y estudio la carrera de artes escénicas en Madrid.

Nací en Burkina Faso y llegué a España, exactamente a Andalucía, con 4 años de edad, fue en esa etapa cuando tuve que dejar todas mis costumbres de la etnia y cultura que provengo.

Me adoptó una familia la cual no tenía ni idea como era nuestra comida, nuestro lenguaje, nuestras vestimentas tradicionales… llegué a una ciudad diferente donde me sentía totalmente extraña porque ni siquiera podía entenderme con las personas.

Me he dado cuenta que en este mundo aún seguimos distinguiendo la personalidad de las personas por su distinta etnia, origen o costumbre, algo que todavía esta en el siglo que nos encontramos no me parece correcto ni normal, pues pienso que una persona no es mejor o peor según la raza o cultura donde provenga y y aunque hayan personas que ya estén dejando todo esto atrás, sobre todo por donde me suelo mover que es la moda aún ahí tenemos muestras de ello.

Sinceramente pienso que esto debería de cambiar porque cada persona tiene su forma de ser y comportarse, pero esto no deriva si una persona es mejor o peor simplemente por tener un color de piel distinto. Poco a poco deberíamos de cambiar esta situación en nuestro mundo.