Después de sufrir esta moda de crear todo tipo de gilipolleces con impresoras 3D (figuritas, esmaltes, armas…), nos ha puesto muy contentos descubrir que unos arquitectos que se hacen llamar EXarchitects han creado una impresora 3D para hacer comida. Entre otros manjares, hacen ciudades de chocolate en tres dimensiones. Hablamos con ellos.
VICE: ¿Cómo empezasteis a imprimir comida?
Videos by VICE
Roque Peña: Yo empecé hace dos años, cuando colaboraba con Ali&Cía, un equipo de food artista con casi todo arquitectos en el equipo. De forma paralela, había empezado a trabajar con impresión 3D, construyendo mi primera impresora, así que decidí experimentar con material para imprimir edificios o piezas comestibles y de ahí salieron las urbanofagias, que es como llamamos a las ciudades comestibles.
¿Ciudades comestibles?
Sí. O barrios. Hicimos todo Malasaña en comida, por ejemplo. Son maquetas a escala construidas en comida. Es un proceso muy costoso y delicado pero con las impresoras 3D puedes hacer piezas casi como con un plástico o una cerámica. Las impresoras de tinta comestible imprimen en 2D sobre un soporte de papel comestible y en las urbanofagias las utilizamos para los grafitos.
Me encanta que hayáis decidido imprimir figuras de chocolate.
Sí decidimos construir una impresora 3D especial para imprimir chocolate. Yo siempre he trabajado con plataformas de software y hardware libre, que permiten un desarrollo de la tecnología muy rápido y de forma colaborativa. Estuvimos un par de meses desarrollando una evolución de una impresora 3D de tipo delta (un prototipo aún construido con piezas de madera, etc.) y pusimos el mayor esfuerzo en el control de los materiales y las temperaturas para conseguir pastas estables y ricas.
¿Qué temperaturas son esas?
El chocolate es un material que no es tan fácil de imprimir, ya que tiene que estar templado para alcanzar la cristalización óptima (si, ¡la grasa del chocolate se cristaliza!). El templado consiste en derretir el chocolate a 45º, bajarlo a 28º y subirlo a 30º para que quede duro, brillante y puedas hacer piezas en altura. Es todo un mundo. Para la muestra que hicimos en Zinc Shower llevamos su logo y el nuestro impreso en glaseado real, pasta de vainilla, glaseado de fresa, y chocolate. Durante el proceso de pruebas gané cicno kilos porque no me gusta tirar comida.
¿Y qué nuevas impresiones de comida tramáis?
Vamos a formar parte de un grupo de desarrollo internacional de una impresora delta especializada para pastas, donde nosotros aportaremos nuestra experiencia con comida, haciendo i+d de forma colaborativa. En el futuro, además de las aplicaciones para la comida de los viajes espaciales, a nivel terrenal podremos imprimir en breve recetas en 3D o 4D, teniendo en cuenta el comportamiento de la receta en el tiempo. Será posible controlar la cocina por ordenador con precisión de micras. Por ejemplo, imprimir el plato y el pastel y comértelo todo. Te podrás comer tu casa, tu mascota, tu pareja… a ti mismo.
¿Café?
Se podría imprimir una taza de azúcar y luego imprimirle el café.
¿Se pueden imprimir, por ejemplo, hamburguesas?
Sí. Lo más sencillo es el azúcar o las pastas de azúcar, que utilizan las comerciales con tintas de colores comestibles. Pero a partir de ahí cualquier ingrediente con el que se pueda preparar una pasta con una viscosidad suficiente o materiales como el chocolate que se puedan derretir y enfriar al imprimirse. También pasta de crepe sobre una plancha o una hamburguesa de carne picada, claro. Podríamos distinguir dos tipos de materiales, los que salen listos para comer y los que hay que cocinar a posteriori, como la pasta de patata frita que se fríe o la pasta de galletas que se hornea. La hamburguesa entra en este segundo grupo.
¿Qué información se envía a la impresora para que haga comida?
Generamos un modelo 3D y con un programa opensource llamado slic3r, también creado por un arquitecto, generamos el código que enviamos a la impresora, la que controlamos con arduino (hardware libre). En el código le enviamos el movimiento en 3D y las temperaturas.
No he entendido nada. Imagino que yo no podría hacerlo.
No porque ahora mismo se requieren conocimientos de diseño 3D, impresión 3D (geometría, tolerancias, velocidades…) y un poco de neumática, ya que utilizamos un sistema de presión manual con un inflador y unas botellas de refresco. Y también saber de cocina y utilizar elementos foodsafe. Para que pudiera llegar a un publico general habría que simplificar el funcionamiento y control de la impresora y el software. También hacer unas recetas estándar.
¿Pensáis comercializar la impresora?
No lo hemos decidido todavía, porque necesitaríamos algún inversor y queríamos ver también si nos podría apoyar alguna universidad.