La expresión musical de la cultura hip hop, específicamente rapear o encadenar frases que riman con cierto ritmo entrecortado y cierta actitud baladronada, es una práctica que tomó influencia directa de varias tradiciones y prácticas folclóricas que se remontan a los griots de la costa occidental africana y pasan por gran cantidad de ejemplos en la diáspora americana. Rastreando esos ejemplos, que van del sermón de la iglesia Bautista a juegos vernáculos como The Dozens, a los sonideros (soundsystems) en Jamaica, se puede identificar la información genética heredada a los raperos.
En el devenir de la música popular en la segunda mitad del siglo pasado podemos identificar una era en la Jamaica de los setenta que debe ser considerada como un hito: un antes y un después. Me refiero a los años en los que Jamaica era un sangriento campo de batalla de soundsystems.
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La cultura de los soundsystems en Jamaica fomentó las rivalidades entre dueños de de los mismos y su búsqueda por ofrecer a la audiencia una fiesta inolvidable fue la gasolina con la que el desarrollo de técnicas de grabación y la popularización del remix se alimentó. Ambos elementos, técnicas novedosas en el estudio y la llegada del remix, son fundamentales en el moldeo de la música popular como la conocemos hoy.
Ese tipo de fiesta es la que se encontraba en las mentes de Grand Master Flash y Kool DJ Herc, ambos de orígenes caribeños y poseedores de los soundsystems más tronantes del circuito de fiestas en el Bronx de mediados de los setenta. Esa burbujeante escena heredó de Jamaica, principalmente, dos partes indispensables en la producción nocturna: Un Pinchadiscos y un Maestro de Ceremonias.
En Jamaica durante la era de las batallas de soundsystems se originó la práctica de rimar/cantar sobre una pista. A esta práctica se le llamó toasting y a sus practicantes toasters o deejays. A diferencia de géneros como el hip hop y otros orientados a la llamada música electrónica, donde al que empata beats y crea atmósferas también se le conoce como DJ, en Jamaica deejay era el que armado de un micrófono cantaba y rimaba sobre riddims populares.
De acuerdo a la historia ‘oficial’ Count Machuki es considerado el primero en agregar su intervención hablada a un riddim. Se ha mencionado en repetidas ocasiones que Machuki estaba influenciado por los locutores de radio del sur de la Florida que agregaban un par de frases propias de la jerga juvenil para presentar canciones. Años después el hip hop repetiría el mismo ejercicio imitando, además de los mencionados soundsystems, a los locutores de la radio en Neva York, completando así el círculo una vez más con Jamaica.
Dentro de los toasters más populares podemos recordar a Prince Jazzbo que tuvo una exitosa carrera como toaster para diferentes soundsystems y participando en discos icónicos como el Super Ape de los Upsetters de Lee Perry. Otra referencia en la creación del estilo es King Stitt cuyo nombre hace referencia a su reconocido trastorno para hablar (stutter es tartamudear en inglés).
Otro exitoso toaster/deejay es U-Roy que nació en Kingston el 21 de septiembre de 1942 y que inspirado por Machuki inició su carrera formando parte de un soundsystem. U-Roy fue reclutado por el legendario soundsystem de Sir Coxsone Dodd donde también trabajaba King Stitt. Ewart Beckford trabajaría para varios sonideros hasta que se une a Duke Reid y graba un par de sencillos que lo establecen como uno de los toasters más importantes de la isla. Su intervención sobre el conocido riddim de “The Tide is High” de los Paragons es una de sus versiones más recordadas. No podemos pasar por alto que la banda de punk de Nueva York Blondie hizo la versión más famosa de ‘The Tide is High’, de hecho si ustedes buscan en las plataformas de streaming esa canción la primera entrada en aparecer es la de la banda de Deborah Harry. Cosas que te hacen decir mmmh.
Su disco de 1975 Dread In A Babylon es una referencia en el reggae/dub. El álbum presenta a U-Roy en su mejor momento: profundo en el rastafarianismo y con su inconfundible estilo de cantar. El estilo de Ewart incluía un pequeño arsenal de expresiones y exclamaciones que se aseguraba de utilizar en todas sus canciones. Sus pequeños gritos los podría comparar con los de Michael Jackson dentro de una cámara de eco y mucho sacramento rastafara.
El álbum incluye temazos de la música orientada a los bajos profundos: “Listen to The Teacher”, “Chalice in My Palace” y “Runaway Girl” muestran el sello indeleble del estilo de U-Roy. Por si fuera poco, también cuenta con una de las tapas más chidas del género: U-Roy envuelto en una espesa nube de humo de esas que solo se pueden formar cuando se se está consumiendo el sacramento rastafara (la foto original de la tapa, aunque no es la principal de este post, sí pertenece a la misma sesión de fotos).
Ahora que parece que la humanidad está entrando en eso que los planteamientos apocalípticos llaman “los últimos días”, considero importante revisar los clásicos del dub, los cuales son un bálsamo para el alma en estos tiempos convulsos.
Un sólo amor. InI.
En Revancha contamos con el Dread in a Babylon y otros títulos de U-Roy.
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